Capítulo 1

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Hoy iba a ser un buen día.

Ese es el único pensamiento que recorre la mente de Elaine mientras se viste de forma rápida con un par de vaqueros y una camiseta. Actualmente se encontraba en el campamento mestizo con su hermano gemelo y una de sus almas gemelas, Annabeth Chase.

-¿Por qué estás tan emocionada hoy Sis?- Preguntó Will revolviéndole el pelo.

-Solo estoy feliz, presiento que hoy va a ser un gran día.- Exclama antes de tropezar y caer sobre la cama de su hermana Kayla, aplastándola y haciendo que despertara soltando una lluvia de insultos en griego.

Los hijos de Apolo comenzaron a reír ante la disputa de sus dos hermanas, una se disculpaba apenada mientras que la otra se quejaba en un estado soñoliento.

-Eli, enserio te quiero, pero hay veces que me lo pones muy difícil.- Balbuceó Kayla antes de darse la vuelta para volver a dormir, ignorando completamente a sus hermanos.

La rubia sonrió con vergüenza, rascándose la mejilla con timidez.- Puede que esta mañana esté un poco más nerviosa de la habitual.

-Chica, es como si hubieras tomado diez tazas de café. Estás más hiperactiva de lo normal- Se rió Austin pasando un brazo sobre los hombros de su hermana.

Elaine caminó con sus hermanos hacía el comedor mientras hablaban sobre una nueva canción que acababa de escribir Will, dedicada a su alma gemela desconocida.

-Sigo sin entender, ¿entonces ambos tenéis el mismo compañero?¿Eso es posible?¿No os incomoda?- Preguntó Michael a sus hermanos pequeños.

Los hijos de Apolo bufaron con molestia en sincronía, después de tres largos años Michael seguía sin entender la unión que compartían los gemelos. Los dos Solace mostraron su brazo izquierdo, dejando a la vista las pequeñas calaveras que decoraba sus muñecas.

-Ambos nacimos con la misma marca del alma, por lo que siempre supimos que íbamos a compartir un alma gemela y la verdad es que no nos molesta.- Dijo Will tranquilamente, pasando un brazo sobre los hombros de su hermana.

-Eso significa que podremos llenar de amor a nuestro compañero.- Exclamó Elaine sonriendo ante el pensamiento.

Su conversación terminó cuando llegaron al comedor. Una impresionante rubia se paró frente a ellos, con las manos en la cadera y una sonrisa suave dirigida a la hija de Apolo, que se sonrojó ante su presencia.

-Hola Annie.

-Hola Elie.

-Nosotros nos vamos yendo, hasta luego parejita.- Dijo Will de forma burlona mientras arrastraba a sus hermanos hasta su mesa.

Nada más alejarse, Annabeth atrajo a Elaine a un amoroso abrazo. Ambas suspiraron de comodidad ante el familiar hormigueo que las envolvía cada vez que se rozaban, algo propio de las almas gemelas. Permanecieron así unos cuantos segundos más antes de separarse.

-Te apetece dar un paseo después del desayuno.- Preguntó Annabeth acariciando el pelo de Elaine con suavidad.

-Por supuesto, ayer terminé con mis tareas, hoy tengo todo el día libre.- Exclamó la hija de Apolo con entusiasmo, haciendo reír a la mayor, se abrazaron una última vez y cada una fue a su mesa.

-He de admitir que tengo envidia, sois demasiado adorables.- Exclamó Austin antes de rellenar su boca con gofres.

Elaine le sacó la lengua mientras se servía rápidamente su desayuno para después levantarse a quemar su ofrenda.

El desayuno pasó entre risas, estaban a punto de terminar de comer cuando apareció una soñolienta Kayla, que simplemente saludó con un gruñido antes de dejarse caer al lado de Elaine, apoyando su cabeza sobre su hombro antes de empezar a comer de manera muy lenta.

-¿Te encuentras mejor ahora?- Preguntó Kayla a su hermana que estaba revolviéndose en su sitio mientras comía, llevaba toda la mañana inquieta.

-No, es como si mi cuerpo estuviera demasiado nervioso, creo que hoy voy a conocer a otro compañero.- Exclamó Elaine animada. Sus hermanos se miraron con complicidad y alegría.

Elaine era popular en el campamento no solo por su optimismo y su gran habilidad con el arco, también era conocida por ser la semidiosa con más almas gemelas hasta la fecha. Por todo su cuerpo estaban repartidas nueve marcas del alma, solo se había encontrado con una de sus almas gemelas, Annabeth Chase, la hija de Atenea.

Ambas se habían conocido a una temprana edad, los gemelos fueron llevados al campamento con siete años, allí se encontraba una Annabeth de ocho años, quien fue la primera en notar el vínculo que la unía a la pequeña rubia. Desde ese día lo más normal es que siempre las encuentres juntas, Elaine ayudando a Annabeth a enseñar griego, o a la hija de Atenea mirando las clases de tiro con arco de su compañera.

Will revolvió el pelo de su hermana.- Vamos Elie, parece que tu novia te hecha de menos.- Dijo señalando a Annabeth, que los observaba inquieta desde la puerta.

Elaine se despidió de sus hermanos con un beso en la mejilla antes de correr hacía su compañera, que la abrazó por la cintura y la alejó del comedor, caminando juntas hacia los establos.

Compañera de nueveWhere stories live. Discover now