DOLOR

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Soledad. Esa palabra la conocía a la perfección ya que la hubo experimentado en carne propia. Soledad y desprecio.

Sí que lo recordaba, de pequeño solo quiso tener a alguien con quien jugar y divertirse. Alguien con quien compartir sus gustos y aciertos.

Deseaba poder contar con alguien que lo ayude a levantarse cada vez que caía. Hacer travesuras era lo que mejor le salía, ya que así lograba que los demás se fijen en él.

Pero estaba condenado a la soledad contínua, sin piedad. Las calles de Konoha solo le devolvían desprecio y odio.

Los adultos lo miraban con ese rencor que helaba la sangre impidiendo que sus hijos entablarán amistad con él. Era común oírlos murmurar palabras tales como "monstruo" "aléjate" "horroroso" cada vez que salía de casa.

Y cada tanto recibir golpes no era de extrañar. Todo por tener al Kyuubi en su interior, como si él así lo hubiese deseado.

Pero ese "monstruo" resultó ser más piadoso y leal que los aldeanos.

Al fin y al cabo el Kyubi lo acompañó durante toda su vida, y lo seguiría haciendo.

Sentía que podía confiar en él ciegamente, no así en los humanos. Al pensar en ellos la oscuridad se fortalecía cada vez más.

Humanos, seres inferiores e imperfectos. Son como las hormigas a quienes se debería aplastar. Mientras extraía el chakra del Kyubi aquellos pensamientos agolpaban su mente provocándole temblores casi imperceptibles..

"Malditos, solo son hormigas. Pero los aplastaré como los insectos que son."

En esos momentos se desestabilizó su poder y tuvo que hacer un gran esfuerzo para recuperar el equilibrio y la calma. Esto le disminuyó más aún su energía. Hasta en eso lo dañaban los humanos. Maldita sea. Respiraba jadeante.

— Muchacho despeja tu mente — le aconsejó Kurama.

Sin decir nada Naruto, puso su mente en blanco. Necesitaba consentrarse o aquello acabaría mal.

Comenzó a moderar su respiración. El chakra rojo volvía a serenarse también alineándose con su persona. El proceso siguió.

No obstante en ésta ocasión recordó a sus maestros Iruka, Kakashi, recordó a la vieja Tsunade y la furia volvió a invadirlo. Aunque permanecía equilibrado y la extracción del chakra continuaba su curso, su corazón comenzó a latir con mayor intensidad.

Le dolía las mentiras hasta más no poder, le dolía porque venía de ellos. Las personas que más confianza tuvo. Tanto Sakura como Hinata y Shikamaru le dijeron que por más que les preguntaron, ninguno de los tres dió respuesta alguna.

Se limitaron a callar y mirar para otro lado. Además Kakashi era nada menos que el Hokage y no desmintió nada. Pero si hasta fue atacado por ninjas de Konoha que seguían órdenes.

No podía estar equivocado, no podía creer que ellos lo apoyaban, no después de todo eso. Soledad y desprecio era lo único que Konoha tenía para ofrecerle.

Le daba escalofrío saber que estaba volviendo a ser presa de esa siniestra oscuridad y que cada día lo rodeaba más y más.

Él ya....no tenía salvación. ¿O si? Todo estaba tan oscuro que no podía encontrar la salida. Oscuridad total. Las lágrimas humedecieron su rostro, aquel rostro que siempre mostró una alegre sonrisa ahora se veía pálido y triste.

Pensó en sus padres y en lo distinta que hubiese sido su vida si tan solo ellos habrían vivido. Pero de nada servía lamentarse. Era como pretender tocar el sol con las manos.

NINJA OSCURO (NARUTO UZUMAKI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora