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Una nueva semana empezaba y saber eso solo aumentaba las ganas de Jisung de permanecer entre sus cálidas sábanas.
—Sung, te levantas o te levanto, tú elijes —su madre entró a su habitación abriendo su ventana y dejando que el lugar se ventile.
Jisung soltó un gruñido y se tapó hasta arriba cuando una brisa lo alcanzó —Mamá, ¿no puedes tocar la puerta? ¿Qué si estoy haciendo algo?
—¿A las seis y media de la mañana? Venga, que privacidad es lo que menos tenemos en esta casa. Y no te sigas tapando, levántate y ve a desayunar, no vamos a llegar tarde de vuelta.
Jisung suspiró y se destapó la cabeza, mirando a su madre la cual se había parado en frente de su cama con los brazos cruzados.
—Ma... ¿podría no ir hoy? —suplicó con una voz un poco chillona, nada común en él.
—¿Estás enfermo, tienes examen o te peleaste con alguien? —tomó el silencio de su hijo como un no, entonces se agachó hasta estar a su altura y sonrió —Entonces... por supuesto que no, ahora arriba y no se discute más. Te doy cinco.
Y tras eso, salió del cuarto dejando al castaño con el ceño fruncido por no haber logrado su cometido.
Alrededor de veinte minutos ya estaba en la puerta de su colegio mientras sostenía unas carpetas de su madre.
—Entrégamelas —la mujer tomó entre sus brazos las carpetas y miró a su hijo —Nos vemos en casa Sung, recuerda que siempre puedes esperarme y te llevo en auto.
—No, gracias. Me aburro si lo hago —su madre dejó un beso en su mejilla y luego se retiró, dejando a Jisung con el rostro enrojecido mientras los demás lo miraban.
—Oye Park —una voz lo llamó a sus espaldas — ¿Estás seguro de que las respuestas que me diste eran correctas? Tu madre me ha puesto un tres.
Giró los ojos antes de darse la vuelta y hacer una cara de sorpresa digna de un Óscar.
—Según yo eran las correctas —murmuró fingiendo estar apenado por lo que había hecho —. Oh bueno, supongo que la próxima me fijaré mejor, venga, nos vemos.
Se alejó con una sonrisa satisfecha en el rostro. Esos tontos le habían entregado su parte antes de que él les diera las respuestas a su examen, fue algo nada inteligente de su parte, pero Jisung pudo sacar una ventaja de ello. Después de todo. ya había conseguido lo que quería.
El número de Huang Renjun.
No sabía cómo esos tontos lo habían conseguido, pero lo hicieron.
Aunque no estaba realmente seguro de qué iba a hacer con él.
¿Debería hablarle alguna vez? Seguro le preguntaría cómo es que había conseguido su número, ¿qué iba a decir? "¿Estafé a unos idiotas para tenerlo?" Aunque Renjun hubiera estado complacido con esa respuesta, sabía que no lo iba a hacer.
