CAPITULO 02: ¿un trato?

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Kim Taehyung.

—¿Cuántos años tuvo cuando dio a luz al bebé?— pregunto Maggie.

Su pregunta me agarró desprevenido. Me rasque la nuca y me acerque poco a poco, manteniendo mi vista en la pequeña bestia la cuál dormía plácidamente.

Maggie miraba la fotografía enmarcada que estaba en mi la pequeña mesa al costado de la cama.

—26 años...— dije con los labios fruncidos y dando un suspiro.

— ¿Quisieras contarme cómo se conocieron?— me miro y yo a ella.

¿Le contaría?

Volví a suspirar y ella aún me miraba esperando a que abriera la boca para empezar a contarle lo que supongo que ella estaba esperando

— fue en una fiesta. No de la mejor forma pero la conocí. — empecé, recordando con ello como empezó nuestra pequeña historia.

Me agache para recoger los pocos juguetes que estaban en el suelo.

— ¿A qué te refieres de: "no de la mejor forma"? — pregunto ella otra vez.

Volviendo a levantarme, dejé los juguetes en el lavadero, tal vez después los lavaría para que mañana estén limpios.

— ¿Cuántos años tienes? — pregunte yo, volteándome y mirándola.

— ¡oye!... Yo hice una pregunta primero, así que tienes que contestar. Y dime la historia completa no el resumen, eh.

Alcé una ceja mirándola, ¿De verdad me está hablando como si fuera... Un amigo?

—señorita Maggie, ¿te das cuenta que solo somos vecinos y no amigos? ¿Por qué te contaría de cómo conocí a la madre de mi hijo?

—  ¿tal vez por qué literalmente tu hijo me agarró como suplente de su biberón o tal vez porque calme el terrible llanto de tu hijo, señor Kim?, seria como recompensarme el favor— se encogió de hombros sin quitar su vista de mi.

— ¿de qué te sirviera que te cuente mi historia con la madre de mi hijo, señorita Cortes?

Ella miró hacia el techo como pensándolo un momento y luego me miro de nuevo con esa gran sonrisa en su labios y un pequeño brillo en los ojos.

— ¡para mí historia! — dijo un tanto emocionada y alzando la voz, yo abrí mis ojos y le hice una seña de bajar la voz. Lo que menos quiero es que mi pequeña bestia se levantará y volviera a llorar. Ella asintió varias veces y se calmó un poco.

— ¿acaso te falta un tornillo?

— Tal vez— contesto ella y se volvió a encoger de hombros y me miro con esa sonrisita traviesa—. ¿Acaso a ti te falta un polo para dormir?

Dijo ella levantando una de sus cejas. Me miré y sí, andaba sin polo. Por un momento pensé que no le iba a tomar importancia o que había visto mejores ¿Cuerpos?. Además está era mi casa.

— ¿te das cuenta que  ya van a ser las 5 de la mañana?— dije cambiando de tema y yendo al armario para sacar un polo para ponérmelo hasta que ella decidiera irse.

Ella desconcertada miro el reloj al costado de la fotografía y abrió un poco los ojos al comprobar que no mentía con la hora. Me puse un polo y me crucé de brazos mirándola.

— demonios...—dijo ella entré dientes. Se levantó de la cama y dejó con sumo cuidado a mi hijo en la cama. Acomodo almohadas por la pared ya que la cama estaba apegada a esta. Vi cómo le dejó un pequeño beso en la frente y eso hizo que el corazón se me encogiera.

𝙔 𝘿𝙞𝙟𝙚𝙧𝙤𝙣 𝙌𝙪𝙚 𝙎𝙚𝙧 𝙋𝙖𝙙𝙧𝙚 𝙀𝙧𝙖 𝙁𝙖𝙘𝙞𝙡.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora