𝐂𝐑𝐈𝐌𝐈𝐍𝐀𝐋 // Jaden Hossler

10|Lima

El bar "joe's" es mi favorito en todo New York. He venido un par de veces. Paso al lugar sin pensarlo dos veces, entro.

Como ya es de noche, el ambiente se ve tenso, se ve bien, como cualquier bar por la noche. Me dirijo a la barra para sentarme en uno de los asientos negros que hay. Ya conozco a casi todos los chicos que atienden acá, me encariño fácil.

-¡hey Sky! Tanto tiempo- me dice el chico de cabello rubio, vestido con una campera de cuero. Tiene un delantal encima de ella y un repasador en su hombro, se acerca a mi.

-hola Marcus, tanto tiempo- repito desganada. Realmente no quise venir aquí, pero caí en la tentación del alcohol y no me resistí. Ahora ya no pienso en nada más, solo quiero dejarme llevar por esto.

-¿todo bien? ¿Pasó algo?- pregunta el chico. Siempre fue muy atento conmigo. Me conoce bien, y se dio cuenta que algo anda mal en mi.

-no del todo pero no quiero hablar de eso, no hoy. Solo sírveme algo por favor, fuerte- digo y el chico asiente.

Agarra una botella de vodka de detrás suyo y un shot de vidrio, sirve el trago en el vasito y me lo da.

-lo de siempre, esta noche la casa invita- dice y le agradezco. El chico desaparece para atender a alguien más.

Tomo el shot con la mano derecha y de un sorbo lo bebo todo. Sacudo un poco mi cabeza al tragarlo. Si que está fuerte. Es lo que hoy necesito. Más vodka.

La noche se vuelve pesada con cada shot que tomo, por ahora solo vodka.

-Marcus, dame tequila- digo y señaló la botella. El chico asiente. Puede que ya esté un poco borracha pero eso no importa. Todavía estoy consciente y no quiero eso. Todavía recuerdo lo qué pasó hoy. Y debo olvidarlo, por lo menos esta noche.

-a sus órdenes señorita- constesta Marcus.

Me da un chupito/shot de tequila con una rebanada de lima y un poquito de sal.
Ya se como es esto. Lamo un poco mi mano, la parte del dedo pulgar, pongo un poquito de sal, y la lamo nuevamente, rápidamente bebo el tequila, lo dejo en la mesa y meto la lima en mi boca. Succionó de ella y la vuelvo a dejar. Hago una mueca.

Y así repito un par de veces más.

La cabeza me da vueltas y apenas puedo distinguir en donde estoy. Todo gira y gira. Decido salir a tomar aire un poco, supongo que me hará bien.

-hey, saldré por la puerta de atrás, si no vuelvo no me extrañes- le digo a Marcus y realmente no estoy segura de lo que digo, ni si él me entiende, no se si balbuceo, pero eso no importa, espero que entienda algo de lo que le dije.

Camino tambaleándome hacia la puerta trasera del lugar. Esquivo mesas y personas paradas. Casi me caigo dos veces. Llegó atrás y hay una puerta roja grande en frente mío. Creo que da a un callejón, pero no importa, estoy bien y voy a estar bien.

La abro con todas mis fuerzas, que en este punto ya son pocas, y salgo como puedo. La cierro detrás de mi.

Está lloviendo y hace frío, me quedo en un pequeño techo que tiene el lugar, justo afuera de la puerta. Tomo aire. Me siento un poco mareada y bostezo de vez en cuando. Quiero ir a casa y tirarme a mi cama a llorar, pero eso no va a pasar, todavía.

Busco y rebusco en mi bolsillo derecho de la campera que llevo puesta. He traído esfuerzos para hoy, por si el alcohol no me satisfacía. Y creo que lo usaré.

Saco un encendedor del bolsillo junto a un cigarro. No cualquiera, uno de marihuana. No suelo drogarte pero creo que esta es la ocacion adecuada para hacerlo. Pongo la marihuana en mis labios, y trato de encender el cigarro con el encendedor, obvio. Pero se me dificulta un poco. Doy una calada y suelto el humo que sale de mi boca. Se siente bien, tan bien.