𝐁𝐈𝐋𝐋𝐈𝐎𝐍𝐀𝐈𝐑𝐄 © ⎮ 𝒢𝒪𝒮𝒮𝐼𝒫 𝒢𝐼𝑅𝐿

CAPÍTULO 2: CUSTODY

PASARON UNOS DÍAS hasta que llegaron los respectivos abuelos de Daphne. Los adultos intentaron hacer ver que era una visita amistosa y no para discutir, como era la realidad.

Los padres de Bridget, John y Audrey, entraron a la casa de los Bass antes que los "francesitos", así era cómo Bart los había apodado en su mente.

Audrey abrazó con mucho cariño a Bart y le agradeció el haberse quedado con Daphne y haberla cuidado. En cambio, John, que era un hombre tan orgulloso e incluso frío como Bart, sólo le dio a este un fuerte apretón de manos y varios agradecimientos.

Cuando Daphne salió de su "habitación", que era la de invitados, con Chuck, no dudó en correr hacia sus abuelos. Hacía siglos que no los veía; bueno, solo desde Acción de Gracias.

—Mi niña—exclamó Audrey abrazándola con cuidado.

Después de que su abuelo John la abrazase y depositase un beso en su nuca, todos se sentaron en el gran salón de la casa. Bart se encontraba inquieto ante la inminente llegada de la madre de Sébastien, el padre de Daphne. Mas, con  el paso de los minutos, se fue relajando con las preguntas y los temas de conversación que sacaba Audrey.

Finalmente, el momento tan esperado llegó, resonando así el timbre por toda la vivienda.

En el salón apareció una señora mayor pero alta y elegante, vestida entera de Louis Vuitton y con la más fina joyería; era Christine, la madre de Sébastien. A su lado, se encontraba su marido, Dominique, un hombre imponente, de traje, muy alto y con los ojos azules. El hombre presentaba algún que otro signo que denostaba su edad, como eran los cabellos plateados que adornaban su cabeza. Aún así, los dos mostraban haber sido portadores de una gran belleza en su juventud.

Se repitió el saludo con Daphne, pero esta vez hablando francés.

—Mon coeur—dijo su abuelo Dominique estrechándola en sus brazos, para después repetirse la escena con Christine.

Al contrario que John, Dominique se veía un hombre más risueño pero no por ello menos intimidante.

—Bart—Christine apretó la mano del millonario secamente, casi con desprecio.

—Christine—saludó entre dientes Bart.

—Salut, Bart—saludó Dominique con una pequeña sonrisa.

Ya estaban todo reunidos y la tensión se podía contar con un cuchillo en aquella habitación.

Chuck Bass miró a su padre y supo que era el momento de llevarse a Daphne. De esa manera, él la cogió de la mano y se la llevó a jugar con él a otra habitación.

Con un asentimiento de cabeza, Bart Bass dio por comenzada aquella reunión.

—Bueno,—se aclaró la garganta el Bass—teniendo ya toda la información y algunos abogados presentes, me gustaría empezar.

Fue terminar de hablar y Christine tomó la iniciativa:

—Dominique y yo pensamos que lo mejor es que Daphne se venga con nosotros a vivir a París. Allí tendría a todos sus primos cerca, una familia que la ama y una vida fabulosa.

—Estoy en completo desacuerdo, Christine. Daphne lleva toda su vida viviendo en Estados Unidos, los mejor es que se venga con nosotros a California. Estoy segura de que le encantará—sentenció Audrey.

Las dos mujeres mayores comenzaron a discutir sobre cuál sitio era mejor, si California o París.

—Señoras, ya basta—interrumpió serio Dominique.

Las dos mujeres se callaron ipso facto y avergonzadas no quisieron interrumpir más.

—No estoy de acuerdo, señoras—comenzó Bart  Bass.—En el testamento de Bridget decía que su padrino podría tener la custodia y me parece que es lo mejor. No lo digo porque sea yo, pero quiero mucho a Daphne y mi hijo todavía más. Ellos dos no se han separado desde la cuna. Además, me parece precipitado llevarse a Daphne a vivir a la otra punta del mundo o a California cuando toda su corta vida ha estado aquí en Nueva York—finalizó serio.