𝐅𝐀𝐓𝐔𝐌 「ᴊ. ᴊᴋ」

▎01

❝Así que ahora estoy aguantando este
dolor, como la forma en que lo abandonaste
todo.❞

── DEJA VU ; dreamcatcher.

༊

ANTES DE QUE MAMÁ MURIERA me dijo que la sensación de morir era tan caótica como ese típico sueño donde sientes que caes y tu corazón da un doloroso vuelco. Yo en cambio, jamás experimenté esa sensación que ella escribía. En mi experiencia, la sensación de morir no es tan extrema, pero quizá más aterradora que caer desde una gran distancia; no figura el apretón repentino del corazón, sino, en realidad se siente como si lentamente fuese estrujado, lo que particularmente pienso que es peor.

Aunque he vivido esa experiencia muchas veces, sigo sin acostumbrarme del todo al sentimiento de miedo que representa el vacío, la oscuridad, la soledad... No obstante, a pesar de que el miedo pueda dominarme en esos momentos, he llegado a un punto en el que simplemente pienso: «¿Qué sentido tiene seguir intentando?», si una vez más que despierte volveré a ese interminable cuento de nunca acabar en espera de ceder mi último aliento. Por eso, cuando sobre mis ojos hay un cielo estremecedor, grisáceo, oscuro y aterrador, ya ni siquiera me esfuerzo por luchar, ni me siento completamente atemorizada por lo desconocido como en veces anteriores. Simplemente, en esta ocasión sé perfectamente en dónde estoy: entre la vida y la muerte.

Mi cuerpo se mantiene flotando sobre el agua ondulante, causante de una sutil marea apaciguada como lo es el mar después de una estremecedora tormenta. Es un mar tan tranquilo como mi inerte cuerpo, y sin nada a los alrededores más que agua que recorre miles de kilómetros a la lejanía. De esta forma, con la calma abundando en el entorno y en mi mismo cuerpo, mis ojos no dejan de apreciar aquel sublime cielo del mismo color, como un espejo; un reflejo del color de la miseria e infelicidad, llenando mi alma de la misma tristeza e infortunio, calmando mi corazón que a cada segundo transcurrido su ritmo cardiaco se vuelve más débil que antes.

En un momento dejo de flotar, como si mi corazón se hubiera solidificado en la más pesada piedra y soy arrastrada hacía lo profundo del mar. Mi tranquilo cuerpo finalmente tuvo un reflejo al llenar de aire mis pulmones y consigo mis mejillas, y extendiendo mi mano al cielo, como si esperara poder sujetarme de algo para no ser consumida por esa oscuridad, que sabía, me devoraría lentamente.

Ahí, en el fondo del océano no hay más que agua a mi alrededor, sin ningún rastro de vida marina como animales o plantas. Sólo soy yo. Apenas puedo distinguir el azul del mar que va degradando a negro, a una oscuridad fría y por mucho, más tenebrosa que el cielo. Era imposible poder subir a la superficie, por lo que sólo me queda mirar a mi alrededor, buscando algo sin saber específicamente el qué. Algo que me haga saber que no estoy sola...

Pero no hay nada más que agua, oscuridad y yo.

Y a pesar de que he vivido ésto tantas veces, sigo sin poder acostumbrarme al hecho de que cada vez me hundo más y más en el abismo.

Poco puedo contener el aire y junto a mi corazón que se siente cada vez más comprimido, fuertes dolores invaden mi pecho. El aire comienza a abandonarme y el agua va suplantado su lugar, dentro de mi boca y entrando por mi nariz, viajando por mi garganta hasta mis pulmones. Me ahogo, una vez más. Quiero volver arriba pero no hay forma de siquiera regresar a la superficie, y tampoco hice el intento por ir allá arriba cuando en veces anteriores intenté con vehemencia de regresar por aire, pero sólo conseguía ser arrastrada más profundo. Simplemente dejo que mi cuerpo sea atraído hasta el fondo del abismo y que mi débil y ya dolido corazón, pare de luchar.