- Prometeme que cuando regrese seguiremos juntos - súplica el chico.
- Lo prometo. - comenta la chica y cierra los ojos tratando de no llorar.
"Donde dos mejores amigos se separan por la meta de cumplir sus sueños.
Nadie sabe lo que le prepara el d...
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Tom
Tres días desde que llegué a Los Angeles y todavía no tengo el valor de decirle a Zendaya que amo a otra persona. No he sabido nada de Min desde la última vez que nos vimos. Dios mio esto es tan complicado.
- ¿En qué tanto piensas amor? - escucho la voz de Daya a lo lejos. Dejo mi teléfono a un lado y volteo a verla. Me dio una sonrisa que trataba de darme confianza.
- ¿No has llegado a pensar que las cosas aveces no suceden como quieres? - pregunté y me miró confundida.
- ¿Cómo? ¿Algo anda mal? - me mira mucho más confundida.
- ¿Tú en verdad me amas? - la mire a los ojos y ella me miró sorprendida.
- Por supuesto que si. - toma mis manos. - Tom, ¿pasa algo? - pregunto alarmada.
- Daya, eres especial para mi, alguien importante en mi vida. - comentaba mientras acariciaba su mano. - Pero, no sé si pueda seguir. - solté de la nada.
- Espera, ¿estás terminando conmigo? - preguntó ¿molesta? No sé bien exactamente.
- Daya, en verdad yo...-me interrumpió.
- No, Tom, dijiste que estaríamos juntos. Antes de empezar la relación nos preguntamos si estábamos seguros de esto, te pregunté varias veces y en todas me dijiste que si. - su voz sonaba molesta y agitada. Se había levantado del suelo y comenzó a caminar por la sala. - ¿Porqué haces esto? - preguntó y me miró a los ojos, estaban cristalinos. - No, es por ella, ¿verdad? - preguntó pasando su mano por su cabello. Voltee a verla, tenía que decir algo pero no lo hice. - Lo sabía. - tomó asiento en el sillón.
- Daya, en verdad lo siento. - me levante y me acerque ella.
- ¿Hace cuánto sabias? - preguntó para voltear a verme.
- ¿Cómo? - estaba confundido.
- ¿Cuándo te diste cuenta que estabas enamorado de ella? - su voz sonaba entrecortada.
- No fue hace mucho. - fue lo único que dije.
- Lo sabía. - suelta y la miró, tenía la mirada hacia otro lado. - Desde el momento en que la conocí, cuando me hablaste de ella, lo presentía. - paso una mano por su mejilla. - Por la forma de como hablabas de ella, como la mirabas, hasta sentía envidia porque la hacías sentir única. - me mira a los ojos - Cuando nos fuimos de viaje me decía a mi misma que las cosas estarían mejor, no tendría porque sentir celos de ella, porque sabía que estabas a mi lado, pero al regresar a tu casa y ver como la abrazabas, me hizo pensar tantas cosas. - limpie las pequeñas gotas que salieron de sus mejillas. - Si yo hubiera hablado contigo mucho antes, tal vez las cosas serían muy diferentes. - pasa su mano por su cabeza.
