CAPÍTULO 6

1.7K 139 18
                                    

Por fin había llegado el ansiado día... El último día de clase antes de las vacaciones de Navidad. Aquel año estaba especialmente emocionada porque me iba a ir unos días a una cabaña en el campo con mis amigos. Iban a ser solamente cinco días (del 26 al 30 de diciembre), principalmente porque Ginny y yo teníamos que estudiar, ya que nuestros exámenes eran en enero, pero a mí no me importaba en lo absoluto. Pero antes de eso, me tenía que ir unos días con mi familia, para pasar Nochebuena y Navidad con ellos. El días 26 por la mañana volvería para poder ir todos juntos. El único "problema" era que había un hecho que me ponía especialmente nerviosa: iba a dormir con Fred. Me explico: la cabaña solo tenía cuatro habitaciones, cada una con una cama de matrimonio, y éramos ocho personas. Harry obviamente dormiría con Ginny (a sus hermanos no les hacía mucha gracia, pero no lo podían evitar, al fin y al cabo ya eran mayorcitos), George compartiría habitación con su novia Angelina, y Ron se quedaría con Luna. Así es, Luna y Ron habían empezado a salir. Eran una pareja de lo más extraño, ya que sus personalidades eran muy diferentes, pero mientras ellos fueran felices yo no podía estar más contenta por ellos. Algunas personas me preguntaron, creyendo que me había dolido enterarme de aquello. Si supieran que mis pensamientos los ocupaba otro Weasley diferente... En fin, que como Fred y yo éramos los únicos solteros, no teníamos otra opción que dormir juntos. Y aunque me pusiera nerviosa, tenía que admitir que secretamente estaba más que encantada. Si a Fred le había molestado la noticia, lo había disimulado perfectamente.


Pues, chicos, al parecer vais a tener que compartir habitación. No os importa, ¿verdad? dijo Harry.

A mí no. dije todo lo casual que pude, intentando no sonar emocionada por la idea de dormir cinco noches en la misma cama que Fred.

A mí menos. No me imagino una mejor manera de tener unas buenas noches. dijo él mirando hacia mí y guiñándome un ojo. Le sonreí y me reí de una manera boba mientras me sonrojaba y pensaba que debía parecer una niña de 15 años, y era patético, pero él no debió pensar lo mismo porque se me acercó y me pasó el brazo por encima de los hombros mientras seguíamos organizando el viaje.


Estaba terminando de hacer la maleta, cuando llamaron al timbre de mi apartamento. Fui rápidamente a abrir la puerta para encontrarme con mis padres, muy sonrientes. Les abracé muy fuerte y les dije que pasaran, que estaría lista en cinco minutos. Cuando terminé bajamos a su coche. Vivían en un barrio residencial, a menos de 10 minutos en coche del centro, y podría haber ido andando, pero con el frío que hacía y habiendo anochecido, no querían que me fuera andando y sola, así que gustosa acepté que vinieran a recogerme. Nos estábamos poniendo al día, aunque en realidad hablábamos por teléfono casi todos los días, por lo que no había muchas novedades. Mi madre, en un fallido intento de ser sutil, me preguntó distraídamente:

—¿Y qué tal te va todo con Fred? —me puse roja al instante. No le había contado nada, pero era mi madre y sabía perfectamente que algo pasaba, y si mi instinto no fallaba, íbamos a tener una charla de mujer a mujer pronto.

—¿A qué te refieres? —pregunté casual.

—Pues, que como es tu profesor y eso, quería saber si todo va bien, si no han cambiado las cosas entre vosotros...

Mi padre, ajeno a toda la situación, no veía más allá de las palabras de mi madre. Pero tanto ella como yo sabíamos que yo sí estaba pillando la indirecta.

—Todo va bien, mamá. Ninguna novedad. Siempre hemos sido amigos y la situación no va a cambiar porque sea mi profesor.

Mi madre no parecía satisfecha, pero no dijo nada más en ese momento. Rápidamente llegamos a su casa, donde ya estaban mis abuelos. Por parte de padre solo tenía a mis abuelos, así que pasaban siempre las fiestas con nosotros y la familia de mi madre. Por parte de madre tenía cuatro tíos (las dos hermanas de mi madre y sus maridos), dos primas y un primo. Nuestra familia era pequeña, sobre todo si la comparabas con los Weasley, pero a mí me gustaba así. Mi primo, que era el más pequeño, ya tenía 18 años, así que en la casa no había tanto ruido como años atrás.

When I kissed the teacher (FREMIONE AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora