Capítulo 1

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I am not the only traveler
Who has not repaid his debt
I've been searching for a trail to follow again
Take me back to the night we met

"The night we met"  Lord Huron

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El olor a cigarro y alcohol se mezcla con distintos aromas agridulces. Puedo percibir algunos cuantos perfumes que ni vendiendo mi mejor pintura podría pagar.

El ambiente es una ola de corazones rotos, la música incita a todos a gritar y llorar. Es lo que necesitamos para saber que seguimos con vida.

Porque para nuestra fortuna no hay vida sin amor ni dolor.

Pronto la gente comenzará a llamar a esa persona que inconscientemente -o no- los mandó aquí. La excusa perfecta es estar en estado de ebriedad. Aunque mañana se repitan incansablemente que fue un error. De todos modos, ¿quien soy yo para no estar de acuerdo?.

Mala idea venir.

En zigzag paso entre la multitud de personas que "bailan" intentando no caerse. Una de ellas me toma de la mano, jalándome para que la siga en sus movimientos, niego levemente dirigiéndome hacia otro lado.

Para ser las nueve de la noche en sábado, el bar está algo vacío.

Ayer era más.

Llego a la barra e ignoro las miradas de quienes me observan. No estoy con ánimo de interactuar con alguien. Pido un trago que me sirven enseguida; me parece que tiene whisky, el aroma de la vainilla es lo primero que percibo antes de probar los sabores frutales. Me encantan estos, los que parecen veneno y dejan una sensación intensa pero siempre complaciente.

El alcohol aminora ese dolor que florece en mi pecho. Evito pensar en quien soy o que hago aquí. No quiero nada de eso esta noche. Así que trato de controlar la ansiedad y me concentro en cosas sin sentido.

Veo desfilar los shots frente a mi en un par de veces más, algunos me los han enviado, o creo que eso he escuchado. Los he bebido con la voz de mi mejor amiga en mi cabeza diciendo: "no los aceptes". Lo necesito. Nunca lo había considerado tan indispensable como hoy.

Después de pedir una botella para servirme yo sola pierdo la cuenta de todo lo que he consumido. Se que ya sobrepase mi límite cuando la bebida deja de quemar en mi garganta, comienza a perder ese sabor a alcohol.

Me dirijo al baño. En el transcurso casi me caigo después de chocar con alguien. Hago lo que necesito y al salir encuentro mi mirada en el espejo. Dios, que mal me veo. Las chicas a mi alrededor me sonríen y algunas me preguntan por el perfume que llevo puesto. Una en específico me pide que me cuide y que si necesito algo, la busque. Mi corazón se enternece al escucharlas.

Salgo con un profundo sentimiento de tristeza. Pero no es hasta que llego a la barra cuando mis emociones salen a flote y los recuerdos estrujan mi corazón causando un deseo insaciable de arrancármelo del pecho.

Hundo la cabeza entre mis manos. Me encantaría huir lejos de aquí, o tal vez intentarlo porque se que no llegaría muy lejos.

Veo el líquido en mi vaso hasta poder mirar mi reflejo y por algunos segundos he creído que es alguien más. Soy un completo desastre.

Siempre lo he sido.

Dicen que todo tiene un porqué, sin embargo no entiendo el nuestro. No puedo aceptar que las cosas no hayan salido como quería. Es difícil asimilar que todo terminó.

Golpeó la madera con el vaso haciéndole unas pequeñas grietas al cristal. El mesero se da cuenta y rápidamente cambia mi vaso. Susurro un gracias, de todos modos me lo cobrarán.

Abismo de AmorWhere stories live. Discover now