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Cielo caminaba por los pasillos de aquel instituto con su mirada perdida en el suelo. El fin de semana había llegado a su fin y eso implicaba que debía verle la cara al pequeño chico de ojos claros. Era obvio que Cielo no tendría ningún problema de hablar con él pero en el fondo sentía y sabía que Bill tenía un gran sentimiento por ella. Y en lo más profundo de su corazón, con pesadez, tuvo que reconocer que fue un error haberlo hecho con el, y que por más que ella lo amase, no le podría corresponder de la misma forma. En eso fue lo único que pensó durante todo su fin de semana.

Por otra parte, Bill sentía que su corazón no podía seguir latiendo de la felicidad que cargaba. Él creyó que luego de su primera vez, nunca más podría volver a tener a Cielo. Pero su destino le demostró todo lo contrario. Pasó sus únicos dos días de descanso de la escuela pensando como seria estar en una relación con alguien por quien siento sincero amor desde la infancia.

Su sonrisa estaba plasmada en su rostro, de oreja a oreja, sujetando su mochila buscando con la vista a sus amigos.

¿Que te pasa, tartamudo?. Pregunto Eddie viendo a su amigos con una notoria vibra positiva. Era muy difícil verlo sonreír últimamente. Luego de la muerte de su hermano se lo notaba decaído y parecía que solamente vivía de la escuela para distraer su mente. Pero hoy, no parecía verse así.

Hoy no lograrás que tus bromas afecten mi día ni mi humor. Respondió abriendo su casillero.

Estas raro. Exclamó Eddie con una notoria confusión en su rostro.
¿Que te paso?.

Si un hombre está así de un día a otro, tiene una explicación. Apareció Richie caminando detrás de su amigo, también abriendo su casillero y sacando algunos libros de su mochila. — Seguro tuvo sexo la noche anterior, aunque sabiendo que es Bill, seguramente se masturbo..
Richie comenzó a reírse pero su sonrisa acabó cuando Bill se encontraba mirándolo con felicidad abriendo sus ojos, asintiendo a lo que dijo el chico. — ¿Te masturbaste?.

Nop, mucho mejor. Soltó el castaño. La campana sonó retumbando por todo el pasillo dando el inicio de la primer clase del día. Rápidamente sus amigos entendieron el mensaje. Bill lo había hecho. Bill sonrió y se giró dirigiéndose a su salón.

— ¿Tuviste sexo?. Rápidamente Stan corrió atrás del castaño al igual que restó de los chicos. — ¿Quien fue?.

Cielo. Sonrió nuevamente. Dejó su mochila en frío piso del aula y se sentó recostando su espalda en la silla. — Mi hermosa y preciosa Cielo.
Suspiro dejando caer su cabeza hacia atrás.

Si sabes que no va a pasar nada más que eso, ¿Verdad?. Le recordó Eddie. Al igual que sus amigos, se relajaron en sus bancos sabiendo que deberán volver a recordarle que lo qué pasó, no fue absolutamente nada.






Lo hice con Bill. Soltó Cielo sujetando con fuerza sus libros contra su pecho mientras escondía su cara entre ellos.

¡¿Que hiciste que?!. Barbie dejó caer su máscara de pestañas en lavabo del baño. — Si sabes que Bill te ama demasiado y lo que hiciste le va a doler, ¿No?. La rubia se giró en su dirección mirándola con una de sus cejas levemente levantada. Barbie se había vuelto muy amiga de Bill, últimamente el le contaba todo a ella.
Cielo, quien se encontraba totalmente acorralada por su amiga, bajo sus libro y cerró sus ojos con fuerza.

Si, y por eso me siento mal. Yo también lo quiero demasiado pero no se que hacer para arreglar lo que hice. Suspiro pesadamente apoyando la cabeza en el cerámico frío de aquel baño. — No se que hacer.

— Eso debiste pensarlo antes de haberlo hecho con el, Cielo. Tu más que nadie conoces a Bill. Sabes muy bien qué pasó por mucho y que tu eras y eres como su cable a la tierra.
Barbie tomó sus maquilles volviendo aguardarlos en su estuche mientras giraba su cabeza para hablarle a su mejor amiga. — Deberas hablar con el, y explicarle lo qué pasó.

— ¿Y si mejor me escondo de él y lo evito?. Dijo Cielo sonriendo torpemente.

— ¡Oh, claro!, eso es perfecto para alguien que tiene cinco malditos años, Cielo. Golpeó levemente la frente de la castaña. — Mañana vas a ir a disculparte con Bill, quieras o no, y deja de comportarte como una niña.

— Si, está bien, tienes razón. Suspiro tristemente.

Ven aquí, maldita perra estupida. Barbie abrió sus brazos y dejó que Cielo se adentrara en ellos. — ¿Sabes que te quiero demasiado, aunque seas una idiota?.

Si Barb, y yo te amo aunque de todas formas suenes como mi madre.

𝑆𝐸𝑋𝐸  // bowers & losersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora