III

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Los mensajes que enviaba no llegaban a su destinatario, Baekhyun lanzó su móvil sobre su cama molesto, ya habían pasado dos días y Chanyeol no respondía ninguno de los mensajes que había enviado. Para el colmo, Junmyeon evitaba hablar del tema en sus conversaciones, lo saludaba de vez en cuando preguntándole sobre su día en el trabajo, dirigiendo la conversación, de una manera muy obvia, a algo que no fuese el beisbolista. Terminó en la cocina llenándose la boca con azúcar, cucharadas y cucharadas para ahogar sus penas en ellas, se sentía solo y hablar con sus compañeros de trabajo por mensaje no era la mayor gracia del mundo.

Sentía como si lo hubiesen abandonado.

Sufrió la vergüenza de su vida tras volver a trabajar, algunos maestros de cursos superiores lo miraban con desgano, le redujeron la paga por el mal rato y el maestro Do le palmeó la espalda dándole su apoyo después de enterarse por sus propias palabras como en dos meses había perdido la memoria, vivido con un beisbolista famoso por el cual había tenido sentimientos muy fuertes y encontrado un amigo sarcástico con buenas frases que, a pesar de lo molestas, le resultaban fascinantes.

Se llevó otra cucharada de azúcar a la boca meditándolo, ¿existía la posibilidad de que Chanyeol se hubiera aburrido de él? No le parecía descabellado, después de todo tuvo que soportar a un extraño por dos meses, un extraño que no recordaba absolutamente nada de los veintisiete años que llevaba vivo, pero que, apenas lo había recordado, se había alejado de él.

La vida le resultaba un asco, sin memoria tenía muchas cosas que hacer y, ahora, después de recuperar su trabajo, sus pocos amigos y su vida era un fracaso, pasaba recostado sobre su cama emocionándose cada vez que el teléfono vibraba y sintiéndose decepcionado porque ninguna de las notificaciones correspondía a un mensaje de Chanyeol, efectivamente estaba siendo evadido, pero ¿por qué?

¿Podía ser el hecho de que no fuese un experto besando?

No, era imposible, había visto algunos dramas anteriormente y estaba seguro de que un solo toque de labios era considerado un beso, ¿debía ser más pasional para traer al más alto de nuevo a su vida?

Pero ¿por qué tenía que cambiar? Una relación sana no involucraba cambiar por el otro, sino que amar las diferencias entre ambos.

Pensar en Chanyeol siempre lo llevaba a lo mismo, desearía tener un bate entre sus manos para perder nuevamente la memoria tras un batazo y volver a vivir momentos tan cotidianos, pero únicos, junto a Chanyeol, extrañaba ver películas de Barbie, comer las tostadas quemadas que el más alto le daba ocasionalmente para desayunar o hacer una lista de las cosas que recordaba para repetirlas en una canción a la hora de despertar y de dormir.

Extrañaba su intento de vida matrimonial con Chanyeol, a pesar de que nunca llegaron a nada más que simples besos que le revolvían el estómago.

Dejó de ser el lamentable hombre que estaba siendo y terminó por dar una caminata alrededor de la manzana, necesitaba bajar algunos de los gramos que estaba adquiriendo por comer azúcar en exceso, no podía creer que su cuerpo se mantuviera sano tras ingerir tantas cucharadas del blanquecino y dulce polvo al día.

—El frío es mental —se repitió al sacar el primer pie fuera de su hogar, respiró el aire contaminado de Seúl y escondiendo sus manos bajo sus bolsillos emprendió el viaje, daría una sola vuelta y aprovecharía de pasar a la tienda de conveniencia que había en una de las esquinas para nutrir su alacena con los dulces que se tragaba cada día. Estaba antojado por unas papas picantes desde el día anterior y su meta era comprar al menos tres bolsas para echárselas a la boca llorando al ver como Rose dejaba ir a Jack. Era un excelente panorama.

Agachó la cabeza después de ver a una pareja de enamorados tomándose de la mano vestidos con unos estúpidos suéteres de pareja que le daban más pena que alegría, ¿cómo antes se ponía feliz soñando con tener una relación de ese estilo y ahora se le rompía el corazón porque nada le resultaba?

Golpe de SuerteOù les histoires vivent. Découvrez maintenant