El resto de la semana pasó —setecientos veintidós besos restantes. Doce al día—, como si fuera un borrón. Nagito se las había arreglado entre sus clases para encontrar un pequeño regalo para su padre: una tarjeta y una nueva taza de café. En la mañana del sábado, envolvió el regalo cuidadosamente, usando papel de seda, cinta y tijeras para enrollar la cinta. Cuando terminó dejó el regalo a un lado. Hinata lo miró con una mirada sorprendentemente aguda y llena de curiosidad. Una vez que el regalo estaba a un lado, el dios agarró el rollo de cinta —cuyo color era verde—, y lo examinó.
—Lo siento —Hinata dijo cuando Nagito dio una mirada curiosa—. Nunca he visto envoltorios para regalos.
—Todo está bien —Nagito se encogió de hombros mientras recogía los objetos—. No tengo prisa por limpiar esto y es barato. —De pie, Nagito le dio un beso en la cabeza a Hinata antes de poner los objetos en una pequeña caja de plástico.
Las manos de Hinata, que jugueteaban con la cinta, se detuvieron un momento, de manera breve y rápida, cuando Nagito le había besado. Sin embargo, cuando Nagito se alejo, sus manos volvieron a moverse.
—Tendrás que enseñarme a envolver regalos —Hinata murmuró—. Es fascinante. Ustedes los humanos dan cosas y en lugar de entregarlas, las envuelven para sorprender al otro.
Nagito se rió.
—Supongo que es algo extraño cuando lo piensas. Aún así, la sorpresa, la anticipación es lo que hace que dar el regalo sea muy divertido.
—Fascinante —Hinata repitió suavemente antes de dejar de jugar con la cinta—. Lo siento. Te estoy reteniendo y tienes que prepararte para ver a tus padres.
—No es nada demasiado elegante —Nagito respondió poniéndose de pie, agarrando el regalo—. ¿Estarás bien aquí solo?
Hinata asintió con la cabeza antes de inclinarla a un lado.
—No hay realmente ninguna otra opción, ¿sí? A menos que quieras llevarme a la casa de tus padres contigo. Si recuerdo correctamente los humanos tienen connotaciones sobre eso.
El rostro de Nagito se puso ligeramente rosado, pero la sugerencia era para el humorismo como mucho.
—Lo hacen, pero estoy seguro de que te entretendrás bien sin mí. Te veré más tarde.
—Sí, te veré más tarde Nagito. —Hinata se levantó y dio un suave beso en la mejilla de Nagito.
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1000 Kisses 「KomaHina」
Fanfiction[AU-Edad Moderna] -Tu precio, Nagito, son mil besos. Pasó un momento. El viento se levantó levemente. El cerebro de Nagito se detuvo y procesó las palabras mencionadas antes de parpadear rápidamente, sorprendido. -Espera... ¿b-besos? -Mil. Para mí...
