Historia echa en octubre 12, de 2019.
[[ VUELTA A PUBLICAR -]]
ANTES CONOCIDA COMO SWEET LOVE
«Donde Jake es capaz de tirar a su mascota al patio del vecino, por amor.»
Sabía que debía hacerlo, pues si no lo hacía debía enfrentar el dolor de su pecho cuando viera tras la ventana de su casa el auto de la familia de Tom alejarse por completo a un futuro que tal vez ya no habrían más sonrisas correspondidas, más saludos alegres, más miradas llenas de brillo, más un ‘él y yo’.
Si, podía ser un idiota, pero no a tal grado de perder a la única persona que le hacía sentir como caminar por las nubes cada día que lograba verlo. Si se alejaba al menos le daría una razón para hacerlo sin que ésta fuera el olvido.
Jake salió afuera dejando que su mascota corriera por el patio mientras le echaba una ojeada a la casa de al lado. A esa hora siempre salía Tom para tirar la basura y ponerse a conversar con quién viera en la calle, pues el chico era demasiado charlatán en ese aspecto.
Lamentablemente no llegó.
Jake empezó a sentirse deprimido pues tal vez era una señal del destino que aquello no pasara. Concluyó que su corazón estaba palpitando fuertemente por la desilusión y si no podía hacer lo qué quería hacer, se pondría a llorar en el momento en que su mente le empezara a apuñalar con horribles palabras de odio.
No lo iba a dejar así.
—Hey, Winkles. Ven aquí —.
El cachorro feliz se dirigió hacía el dueño. Jake lo recogió en brazos mientras esté con sus pequeñas patitas le daba color a su camiseta gris decorando ésta con barro.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—Lo siento amigo—.
Jake con cuidado se acercó a la valla y como un criminal en medio de la noche lanzó al cachorro al patio del vecino consiguiendo que este llorara al tocar al suelo.
Apretó sus dientes mientras miraba si su mascota estaba bien.
El pequeño empezó a corretear en segundos subiendo al porche de la casa viendo a su dueño descarado por lanzarlo al otro lado.
Jake empezó a reírse como loco y eso hizo que el cachorro empezara a dar sus primeros ladridos haciendo que éstas se sintieran fuertes por el eco del porche.
Jake dió la vuelta quedándose en la entrada procurando que tuviera una oportunidad y que Tom apareciera por la puerta curioso.
