capítulo 7

12 1 0
                                    

Anne Bancroft

Capítulo 7

—¿Qué gustos pediste?—Le pregunte a Scott

—Chocolate blanco y Frutilla—contestó mientras pasaba su lengua por el helado.

Hice una mueca, la frutilla es muy empalagosa. Él arqueo una ceja.
—¿No te gusta?

—La frutilla es muy...Puaj

—Claro que no, es el mejor gusto del mundo. No sabes nada Anni

Ahora la que arqueo la ceja fui yo.
—¿Anni..?

Él miro hacia otro lado y no contestó. Scott y yo caminabamos por la acera dirigiendonos a nuestras casa. Hablabamos del instituto, cosas que nos gustaban y cosas que no, etc.
Ya habíamos terminado nuestros helados hace rato y estábamos a una esquina de nuestros hogares.

—Tengo las manos pegajosas—Comente haciendo una mueca.

—Creo que no te pregunte.

—¡Solo decia!—exclame.

Scott soltó una carcajada y metió las manos en sus bolsillos, él tenía una forma de caminar tan relajada.
Ya habíamos llegado y no sabia como despedirme, eran tan incómodos estos momentos.

—Bien..eh..Gracias por el helado y por levantarme el ánimo, lo digo en serio.—le dije sinceramente.

Él levanto la comisura de sus labios en una leve sonrisa y negó con su cabeza.

—No es nada. No fue tan malo pasar el tiempo contigo Anni.

Y de vuelta ese apodo, okey.

—Lo sé Lo sé, Bueno Adiós, te vere mañana.—Dije abriendo la puertilla de la cerca para entrar a mi casa.

—Adiós.

(...)

Ya había pasado casi un mes desde que llegue al pueblo de Westerwelle con mi estancia en está mierda de casa y ya no aguantaba más. No aguantaba a mis hermanastras, a Marilyn, ni a mi padre. Solo quería volver a casa con mi madre. creo mi malhumor se debía a que estuve con la regla y cuando llega tengo un cero por ciento de tolerancia en mi ser. Pero cuando no la tengo, Marilyn, Jules y Megan colman mi paciencia de igual modo.

Se preguntarán, porqué no me voy con mi madre. Bueno la respuesta es..porque mi vuelvo de vuelta esta reservado para diciembre 28 porque lastimosamente decidí pasar diez meses en compañia de mi padre y su horrible familia. Si si lo sé solo dije tres meses, mas me di cuenta que no podía estar cambiando de institutos y decidí quedarme más tiempo.

En cuanto a Scott (supongo que quieren saber), he estado pasando tiempo con él y nos volvimos más cercanos, pero no pretendo ser nada más que amigos. No quiero una relación aquí en este pueblo sí sé que cuando termine el año me iré. Con sus hermanos me llevó bien, en especial con Harry y Nick. Harry es un pesado y hace una semana término con Megan, mientras que yo tuve que aguantar los llantos de ésta por las noches.

Hoy ya era sábado y pretendía quedarme en la cama leyendo como siempre. Pero mis estupendos planes se vinieron abajo cuando mi Padre me dijo que iriamos a cenar de un amigo de Él, ¡Wuju que divertido!!—nótese mi sarcasmo—.

—¿Por qué debo ir?, nisiquiera lo conozco para variar.—dije irritada.

—Irás porque es una cena de familias y se supone que eres mi hija Anne Madelyne Bancroft, deja de tener ese humor fatal por un rato.

Lo mire con una ceja arqueada. No acababa de hacerlo, no no no.

—¿Me llamaste Madelyne, Charles?—entre cerré los ojos.

—Así te llamas ¿No?—respondió cruzándose de brazos.

Yo solté un bufido y puse mis ojos en blanco.
—¡Ahg! Se supone que no me llamarias así nunca. Listo, no iré, ni lo pienses.

—¡Solo tienes que ir, sentarte y comer en la maldita cena, no tienes cinco malditos años!—exclamó con una notable cólera.

—Tengo diecisiete y por eso no quiero ir. Pero ¿sabes qué? Iré, porque soy buena persona, no como tú, pero conste que no quiero ir.—conteste claramente irritada.

(...)

Baje del BMW de mi padre casi tropezandome con mis pies ya que me obligaron a ponerme unos estúpidos zapatos. Debería existir una ley en la que prohíban obligar a alguien a ir a algún lado, o cierto si la hay, a esa acción también se la conoce como secuestro. Prácticamente estoy siendo secuestrada y obligada a vestirme como una perra snob.
Tengo un vestido color negro que me llega a las rodillas, unos zapatos también negros, un maquillaje suave, nada exagerado como el de Megan, si se hubiera aplicado un poco más creo que podría actuar de payaso en un circo. En fin. Mi cabello esta suelto y tengo ganas de morir.

La casa del amigo de mi padre es básicamente una exagerada mansión. No entiendo y nunca voy a entender la obsesión que tienen las personas ricas en construir mansiones, si solo van a vivir tres miserables personas en ella. Prácticamente podrían invertir su dinero en otras cosas, pero no, hasta hacen una mansion para su perro.

Entramos a la estúpida casa y se puede sentir un delicioso aroma a carne, mi boca se hace agua, tengo hambre, en realidad todo el tiempo tengo hambre.
Mi padre me toma del brazo y me aparta a un lado, lo miro extrañada.

—Por favor hoy no hagas ninguna de tus tonterías Madelyne—dijo en un susurro.

Levante una ceja, ¿una de mis tonterías?, y encima me dijo Madelyne, ¡OKEY!

—¿Tonterías?, ¿de que rayos hablas?—cuestiono

—Ya sabes, como insultar a mi amigo o a alguna persona aquí presente, o no lo sé, expresar tu opinión abiertamente sin pensar en las consecuencias de darla.

—Y que tiene de malo expresarme, solo digo lo que pienso, y lo que pienso es que tus amigos son unos idiotas cínicos que solo piensan en sus fortunas construyendo estas estúpidas mansiones solo para hacernos ver como derrochan su dinero en cosas insignificantes.

—Bueno, trata de no decir nada de lo que dijiste recién, solo comportate como alguien decente.—contesta y camina hasta donde están todos.

Ruedo mis ojos, es imposible hablar con alguien tan petulante.
El dicho "Dime con quien andas y te dire quien eres" Entra perfecto en esta situación.

Entramos a la sala que es más grande que todo el departamento en el que vivimos mi madre y yo. Bueno ahora ella sola. En la sala exageradamente adornada, nos espera una señora alta, con cabello negro y lacio atado en una cola alta, lleva un vestido blanco que se ciñe bastante a su cuerpo y unos zapatos negros que parecen demasiado lujosos.

Ella sonríe al vernos, bueno supongo que especialmente a mí no, porque no me conoce, pero a las demás personas sí. No me di cuenta de que en su rostro se pueden notar muy fácilmente sus ojos color azul. Ella saluda a todos con dos besos, uno en cada mejilla y se detiene al llegar mi turno.
Su sonrisa va desapareciendo poco a poco.

Okey señora ya se que no me conoce pero disimule.

—Charles—Llama a mi padre, éste viene casi corriendo—, ¿Esta chica tan bonita es tu hija?—Le pregunta. No puedo evitar notar como Jules pone los ojos en blanco.

—Si—dice mi padre, me da una mirada de "se amable".

Okey seré amable, si no es tan cínica esta señora.

La señora de ojos azules me da un abrazo. —Es un gusto conocerte, tu padre me a hablado tanto de tí. Soy Rose Pratchett.

—Yo soy Anne, un gusto—digo con una sonrisa.—Bonita casa.

—Gracias, y gracias a todos por venir, sientense, María traerá los aperitivos y esperaremos a los Weekes.

¿Dijo Weekes? , esto va a estar bueno querido padre, muy bueno.

Se que dije que me comportaría, pero si Xavier y Piper son unos idiotas, especialmente Xavier que es un estúpido sexista, tendré que meterme con ellos.

"Mi antipatíco vecino" (En Pausa) Where stories live. Discover now