Violet Malone tiene cierta manera de pecar.
Un encuentro lo cambia todo, las tentaciones están a flor de piel y una atracción prohibida está al acecho.
Nunca pensó que aquél guapo desconocido, el cuál le proporcionó sexo desenfrenado en aquella disc...
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Su cerebro aún estaba en shock.
No sabía ni siquiera cómo reaccionar ante la noticia de que estaba frente a la aventura de aquella noche y que este era nada más y nada menos que el novio de su madre.
Estaba dispuesta a hablar, quería parar toda esa farsa, no toleraba aquella cara bonita con un gesto de risa, pues él claramente notaba el descontento de la pelinegra.
Miró a su madre quién le platicaba sobre algo que ni entendía, pues no le había puesto la suficiente atención para saberlo. Violet estaba perdida dentro de sus pensamientos, solo miraba a aquél imbécil y pensaba que no podía ser cierto.
Estaba dolida al ver cómo le veía la cara de estúpida a su madre. No iba a permitirlo.
- mamá, ¿Puedo hablar contigo un segundo?
Su madre frenó sus palabras y miró a su hija.
Violet conectó sus grandes ojos hacia ella y la miró con cautela, como si tratara de decirle que algo estaba mal.
- ¿Exclusivamente ahora?
- sería lo mejor.
Violet la miró quejarse como una niña por fracción de segundos y suspiró, desligó una pierna de la otra y se levantó.
La menor la miró mientras copiaba su acción, concentrándose en su madre.
Se dió la libertad de caminar hasta la sala, detrás de Florence, no sin antes mirar al hombre con desagrado. Este sonrió hacia ella con un encanto particular.
La chica le mostró el dedo de en medio antes de desaparecer de la sala.
Ya cuando estaban fuera de peligro, su madre se volteó hacia ella. Su cabello rubio acarició su brazo al hacerlo con bastante fuerza.
- más o menos, ¿Qué se te ofrece?
- mamá, simplemente pienso que ese hombre no es lo que crees.
Florence enlazó sus brazos encima de su pecho, miró a Vio con impaciencia.
Repentinamente Violet sintió vergüenza. Para defender sus puntos tenía que revelar lo que había hecho, pero se había alentado a seguir pues no quería que su madre estuviera con aquél tipo de hombre.
No lo merecía.
- Cuéntame más o menos, ¿Por qué piensas eso?
Vio la miró nerviosa.
- es un imbécil...
Respiró antes de seguir.
- a ese tipo lo conozco y sé que no es de fiar, no quiero que estés con él, no te merece.
Violet iba a seguir. Su nerviosismo no la ayudó a completar la oración de lo que había hecho y al final terminó balbuceando.
- Violet, en verdad a este punto de mi vida no quiero que nadie me diga absolutamente nada.
