CAPÍTULO 31

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CAPÍTULO 31: POR FAVOR

No olviden de votar, ¿sí?

El ascensor se detuvo abruptamente, indicando que habían llegado. Se separaron con rapidez, antes de que las puertas se abrieran.

El corazón le latía a millón mientras salían. Estaba feliz de haber hecho las pases, pero había algo que necesitaba solucionar todavía. No quería que Shisui e Itachi se llevaran mal por siempre, en algún momento terminarían encontrándose y no quería que sucediera algo malo.

—Itachi, ¿serías capaz de hacer las pases con Shisui?—le preguntó con timidez, siguiéndole—. Podrías explicarle y también ofrecerle tus disculpas, aunque ya dependería de él aceptarlas.

Él se  detuvo y la miró sorprendido. Desde que había dicho que lo perdonaba, su rostro se había relajado pero ahora estaba tenso.

—No creo que él quiera escucharme—contestó, después de unos minutos pensándolo.

Probablemente Shisui no quisiera, estaba tan molesto que no querría pensar en la posibilidad, pero ella sentía que podía llegar a convencerle, al menos para que le diera una oportunidad.

—Te escuchará, yo me encargaré de ello—le aseguró, sonriendo—. Solo dime si serías capaz de reunirte con él.

Itachi desvió la mirada a un lado, evitando mirarla.

—¿Lo amas?

—¿Ah?—preguntó, desconcertada por el cambio de tema.

Volvió a mirarla y le pareció ver una pizca de dolor en sus ojos.

—¿Lo amas?—preguntó de nuevo, con más fuerza.

Ella tragó saliva y asintió lentamente.

—Sí, lo amo.

—Ya veo.

Él frunció el ceño y comenzó a caminar de nuevo, sin esperarla. Fue detrás de él de inmediato, confundida.

—¡Espera! ¡Todavía no hemos hablado sobre...!

Su hermano la interrumpió.

—Hablaré con Shisui si él acepta. Puedes avisarme por mensaje, Akemi. En estos momentos estoy un poco ocupado. —Y aceleró su paso, dejándola boquiabierta.

¿Qué había pasado? ¿Por qué se había puesto así? Casi parecía estar celoso.

Suspiró, por lo menos había podido hablar con él. Eso era lo importante. Ahora tendría que convencer a Shisui de darle una oportunidad.

...

—No.

—Por favor.

—Dije que no.

Akemi lo miró, frunciendo los labios. Se negaba a aceptar su idea de reunirse los tres y no parecía dispuesto a ceder.

—¿Por qué no?

—Porque no quiero, Akemi—contestó, cruzándose de brazos.

Deseos ProhibidosWhere stories live. Discover now