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Puedo jurar que este es el peor cierre de año de la vida. ¿Por qué estoy sentada viendo programas basura en vez de ponerme de pie y salir a enfrentar la realidad?

Austin duerme como siempre en su cuna, afuera llueve horrible y mi estado de ánimo es definitivamente horrible.

Me duele el pecho, siento angustia y molestia a la vez. No sé, esto es completamente diferente a lo que imaginé y estoy frustrada.

¿Por qué mi vida tiene que ser tan desastrosa?

— Austin, cariño. ¿Quieres despertar? Me siento sola.

Lo único que obtengo como respuesta es silencio. ¿Ya mencioné que odio el silencio?

¡Odio este maldito día!

Quisiera decir que al menos puedo saber lo que está haciendo Ruggero, pero no es cierto. Resulta que me bloqueó, literalmente.

Y cuando le pedí a Lalita que revisara su teléfono, se encontró con la sorpresa de que borró mi número.

Y eso no es todo. Le mandó un mensaje a la estúpida de Cecilia.

«Te necesito, te he necesitado siempre.»

Exactamente eso decía el maldito mensaje.

Y aunque Lalita quiso ayudarme, creo que terminó lastimándome más. Y si, fue mi culpa por pedirle que revise algo que evidentemente me iba a doler.

Maldito sea el mundo entero.

Una vez más miro el reloj, diez y cincuenta y uno.

¿Está bien si no espero hasta media noche? Por supuesto que está bien.

¿A quién voy a felicitar de todos modos?

Rendida apago la televisión y me meto bajo las mantas antes de apagar la lámpara de mi mesita de noche.

Durante un largo rato me dedico solamente a mirar el techo, y para hacer el ambiente menos tenso para mí misma decido poner algo de música.

Pero entonces mi teléfono vibra indicando que un nuevo menaje ha llegado y lo reviso de inmediato.

Es Lalita.

«Llegaron, Karol. Y se acaban de encerrar en la habitación del señor.»

Hago un mohín y solo le agradezco antes de volver a poner cualquier canción.

Al menos sé que Ruggero está con Cecilia y que después de todo decidió salir de su habitación en un día como este.

Me pregunto como hubiese sido con Josuet aquí. Seguramente diferente, e inolvidable para ambos.

En fin...

Maldigo cuando la canción que ha identificado mi relación de amor-odio con Ruggero al principio suena. Y como toda estúpida masoquista me quedo escuchándola.

Antes de ti, no
Yo no creía en Romeos, Julietas, muriendo de amor
Esos dramas no me robaban la calma, pero la historia cambió
Pero esta historia me cambió

Recuerdo nuestro primer encuentro, yo quejándome de mi estúpido nuevo jefe y él escuchándome. Fue tan vergonzoso cuando me dijo que él era Ruggero Pasquarelli. El mismo que yo estuve insultando sin parar.

Dicen que se sabe si un amor es verdadero
Cuando duele tanto como dientes en el alma
Dicen que lo nuestro es tan solo pasajero
Pero qué sabe la gente lo que siento cuando callan

No puede faltar de la estúpida decisión que tomé al apretar el botón del ascensor sin saber que era claustrofóbico. Creo que ese fue el momento en el que más me odió.

4| El verde de sus ojos; QuédateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora