[05]

15 3 0
                                    

Pasamos el tiempo hablando sobre cualquier cosa y conociéndonos en general, a primera vista estos chicos no me dieron buena pinta, sin embargo, se notaba que las apariencias pueden ser engañosas.

—Linda pulsera, ¿tú la hiciste? —preguntó Chang Bin mirando mi muñeca.

—¿Oh? No, me la regaló mi mejor amigo. —sonreí.

—Hm, friendzone. —dijo el rubio.

—¿Sí? Es bastante bonita. —ignoró a Ji Sung.

—Sí, dijo que la compró mientras regresaba de un viaje de vacaciones.

—¿Nunca te la quitas? —preguntó nuevamente, estaba bastante interesado a decir verdad, pero le resté importancia.

—No, esta pulsera es a prueba de agua y además combina con todo. —dije orgullosa. Quise agregar que Hyun Jin me pidió no quitármela nunca, pero la alarma del celular de Bin sonó.

—Bueno chicos, hora de irnos.

Acomodamos todo y salimos de allí sigilosamente, para evitar ser descubiertos. Los tres caminamos juntos hacia la cafetería, porque aún teníamos hambre, cuando alguien nos interrumpió a medio camino.

—So Ri.

Su voz hizo que mi piel se pusiese como de gallina, no quería encontrármelo.

—So Ri-ah, te llama el pecas. —dijo Ji Sung mientras mordía su alga seca.

—¿Q-qué sucede? —intenté no sonar nerviosa, pero creo que fracasé.

—¿Algún problema, amigo? —Chang Bin se puso entre Félix y yo, aunque sin obstaculizar el contacto visual entre nosotros por completo. Lee lo miró de arriba a abajo para luego dirigir su vista a mí, ignorándolo.

—Tenemos reunión del comité.

No recordaba haber recibido ningún mensaje por parte de Chan que dijese que teníamos reunión; aun así, decidí seguirlo pues la tensión estaba a tope.

—Nos vemos al rato. —me despedí de ellos.

—Espera. —Antes de que pudiésemos irnos, Bin tomó el celular que estaba en mi mano y escribió algo. —Es mi número, por si acaso. —eso último lo dijo mirando a Félix.

—Está bien.

Ambos nos alejamos de mis nuevos amigos mientras rogaba internamente que alguien me sacara de allí. Cada cierto tiempo le dirigía una mirada a Félix, esperando algún movimientos o señal que me dijera que estaba en peligro, pero él andaba bastante tranquilo.

—Chan no me mandó ningún mensaje. —dije para romper el hielo.

—Lo hizo con todos.

Revisé nuevamente mi celular, pero no había nada, fruncí el ceño sin entender.

—Pero no hay nada. —dije guardándolo.

Estaba bastante curiosa, tenía tantas preguntas para hacerle pero temía su reacción. Intenté distraer mi mente en cualquier otra cosa sin éxito, así que, tomando una confianza que no me fue dada, decidí entablar una nueva conversación.

—Y, ¿a dónde vamos? —dije curiosa.

—El auditorio. —abrí mi boca formando un círculo.

—Interesante, ¿alguna vez hiciste algo como esto? —Negó. —Lo mismo, realmente soy de las que disfrutan sin hacer nada.

Silencio, él no daba señales de querer hablar; sin embargo, podía notar que aún me prestaba atención. Era el momento.

—Eso que, bueno, eso que te metes, ¿hace cuánto lo...? —dejé mi pregunta al aire pues aún era incómodo decirlo, esperaba que entendiera a lo que me refería.

—¿Qué? —dijo mostrando confusión, aunque sin mirarme.

—No te hagas, ambos sabemos lo que pas-

Antes de que pudiese siquiera terminar de hablar, soltó una sonora carcajada, pero bastante escalofriante, a decir verdad. Luego me detuvo por el brazo y me miró muy serio.

—F-Fél-

—Tú no has visto nada, ¿ok? Olvida lo que pasó.

—Pero...

—No te metas en lo que no te incumbe.

Se alejó caminando dejándome atrás, para luego desaparecer por la puerta del auditorio. Me limité a seguir el camino que faltaba hasta llegar mientras pensaba en cómo saciar mi curiosidad por Lee Félix sin morir en el intento.

—So Ri-ah, llegas tarde. —bueno, creo que debía posponerlo.

*~*

—¿Podríamos poner la entrada aquí, no? Es bastante grande.—Chan iba hablando mientras Yu Na dibujaba un boceto de lo que él quería.

—¿Qué tal la escuela? —preguntó Woo Jin.

—Me gusta la escuela. —comentó Innie, mientras jugaba enredando una soga entre mis dedos.

—Por suerte aún no hay tantos trabajos. —dije sonriente.

—¿Algo que comentar, Lee? —se dirigió al de cabellos oscuros que estaba mirando el lugar.

—Todo tranquilo.

Uy sí, que tranquilo.

—La fiesta será la próxima semana. —Dijo el mayor de los cuatro. —Y no es por ser pesimista pero los fondos no alcanzan.

—¿Chan lo sabe? —dije curiosa.

—Él trató de estirar el dinero todo lo que pudo pero es imposible.

—Deberíamos hacer alguna actividad, ya saben, como en las películas americanas. —dijo Yu Na.

—Recaudar fondos, no es mala idea.

—Pero, ¿que deberíamos hacer? Es difícil hacer que los chicos suelten dinero.

Todos estábamos pensando en alguna forma de poder obtener dinero, con ayuda de la gente de la escuela, pero era bastante difícil pensar en algo.

—Chan, ¿cuál es la temática de la fiesta? —todos miramos a Félix, quien se habían mantenido callado hasta este momento.

—El día blanco, sabes que es eso ¿no? —Lee asintió.

—Hagámosle de cupido. —propuso.

—¿Qué? —dijimos los demás al unísono.

—En esta época es común que las personas se declaren, es tengo entendido. —Nosotros asentimos. —Bueno, démosle un empujón, y cobremos por eso.

—Eres un genio, Lee. —dije mientras golpeaba su hombro levemente.

—Tiene razón, nos salvaste Félix. —Chan lo felicitó.

Lo que quedó del rato nos la pasamos acordando todo lo que haríamos, teníamos que trabajar muy duro para convencer a los alumnos que debían declararse a sus amores platónicos.

From // stray kidsWhere stories live. Discover now