Capitulo 5. "Hanafunda"

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Tres días habían pasado desde que llegaron a aquella finca, desde ese momento ______ había sido confinada al cuidado del templo. Sus hermanos ayudaban en la casa principal, los varones aprendían el arte de la espada y Tsubaki se dedicaba a ser una alegre niña aprendiendo el noble "oficio" de ser una esposa.

Probablemente, eso es lo que más agradecía la mayor de los niños Hanahaki, no tener que aprender más lecciones sobre ser la esposa ideal o estar rodeada de muchas personas, solo se encontraban ella y una adorable prima, solo ellas en aquel templo modestamente grande. Aunque eso rompió su promesa con su madre.

— ¿Sabes jugar? - pregunto Nanami, sacando una baraja de cartas hanafunda a lo que la mayor negó levemente. — ¿Quieres aprender? - nuevamente negó.

Esta vez la Tsugikini apretó sus labios de molestia, acto que no pasó desapercibido por su pariente. Para calmar el posible berrinche que haría la niña de nueve años, ______ tomo las cartas y comenzó a revolverlas pacientemente agregando "Soy una pésima alumna". Aquel año había sido distinto, no hubo clases de danza, en cambio, aprendió a jugar hanafunda, no hubo hilos o listones que hacer, pero si un gran templo que limpiar, no hubo regaños por tropezar con el faldón de su yukata, pero sí por tropezar varias veces en el húmedo piso.

— ¿Has escuchado la leyenda de la familia?

— ¿Cuál de todas?

— La de los gemelos - Nanami estaba emocionada por contarle aquella leyenda que sus padres le platicaban continuamente, si bien la Hanahaki podría solo leer él listón de la niña y saber de lo que le hablaría, prefirió dejara hablar, dejándose llevar por el aroma de emoción que desprendía la menor.

Al final aquella leyenda hablo de como dos gemelos fueron separados y criados de maneras completamente distintas, sin embargo, aquel que fue rechazado termino siendo un prodigio en el arte de la espada, pero escapó cuando iba a intercambiar lugares con su gemelo. El otro creció y fue criado con honores, formando una hermosa familia hasta que regresando de una guerra abandono todo. Nadie supo de ellos y su familia (a excepción del hijo mayor) abandono todo lazo con la familia principal. Aquello era una vergüenza por lo que los dioses habían decidido castigar a la primera mujer que naciera, para enmendar su error deberían terminar con la tarea que ninguno de los gemelos pudo y con ella el perfume de las glicinas había quedado en toda la familia protegiéndolos. Aroma que por alguna razon ni ______ o sus hermanos había heredado, probablemente fue un regalo solo para la línea principal, como Nanami.

— ¿Y cuál fue esa tarea? - pregunto ______ realmente interesada. Aquella leyenda nunca la había escuchado y era interesante darles un origen a sus habilidades.

— Ni idea - la niña parecía divertida con la frustración de su prima - Koi, Koi, gane.

Nanami no pensó que lo de "mala alumna" fuera tan cierto. Pero era divertido ver las caras de confusión y arrepentimiento de la mayor.

— Creo que iré a barrer la entrada principal, no quiero que se acumule la nieve cuando las tías vengan, ¿De acuerdo? - Nanami asintió a su vez que guardaba las tarjetas de Hanafunda.

Con escoba en mano comenzó a barrer calmadamente, agradecía infinitamente el haori que sus hermanos le habían comprado, así como esa bufanda que Nanami le regaló, hacía demasiado frío, pero no barrer y dejar esa entrada imposibilitada para los creyentes no era una opción. Barrio con tanta calma y esmero que no noto cuando dos hermanas llegaron al lugar. Al verlas solo pudo oler unas bellas flores, unos lazos muy hermosos como sus dueñas.

— Señoritas, sean bienvenidas - de manera tímida la niña Hanahaki pronunció sonrojándose sin querer y sintiendo como esta vez el calor se esparcía por todo su rostro. Eran hermosas.

— Muchas gracias, solo queremos pasar a orar ¿No es ningún inconveniente? - pronunció la mayor, a lo que la Hanahaki negó rápidamente, ambas hermanas le veían con cierta ternura (aunque la menor le veía con cierta severidad).

La menor no sabía si seguir barriendo o entrar y dejar esa tarea al día siguiente, el frío aumentaba pese a que apenas eran las tres de la tarde, para su suerte una terrible ventisca le obligó a adentrarse y ayudar a Nanami a colocar las puertas. Sin aviso, las creyentes también ayudaron a la tarea y las cuatro terminaron dentro del templo. Nanami pidió disculpas y encendió todas las velas, mientras la Hanahaki hacía un poco de té.

— ¿Son las únicas aquí? - cuestionó la hermana mayor una vez miro el interior del templo con curiosidad.

— Por el momento, nuestra familia cree que debemos apegarnos al oficio de "doncellas" o "sacerdotisa" por qué según ellos somos demasiado inútiles como para ser esposas - Nanami siempre con sus respuestas tan largas que nadie pedía, pero ahorraban más preguntas. — Una vez llegue el 15 del primer mes, ambas regresaremos a nuestros hogares. Al menos ______-chan, yo me quedaré aquí.

Nanami había decidido llevar la educación de una sacerdotisa que la de una esposa, por lo tanto, su educación había sido relegada a su abuela, quien se ocuparía de ella apropiadamente en la primavera. Su esposo sería escogido por la anciana, pero a Nanami no le interesaba si con eso conseguía llevar una vida fuera de las lecciones tan cansadas y estúpidas que solía recibir, solo debia ser una buena sacerdotisa, su futuro esposo podía quedar en segundo plano. Para no estar sola ______ había sido enviada para acompañarla.

— ¿Qué tiene de bueno casarse? - pregunto la menor de las desconocidas con su típico mal humor, a lo que ______ solo encogió sobre si de la incomodidad - ¡No tiene nada de bueno estar con un hombre! Hacer las tareas del hogar, siempre callar, qué horror.

— Aunque estás enamorada.

Ambas adolescentes se sonrojaron por el comentario, una por vergüenza de lo que dijo y otra dando razón aquello. La hermana de la desconocida rio levemente. Ella tenía un lazo hermoso pero corto.

— Somos Shinobu - señalando a su hermana - y Kanae Kochou. Mucho gusto, ¿Puedo saber cómo sabes eso?

— ¿Intuición?

Ni siquiera podía sacarse de un aprieto en el que se metió a sí misma, no era mala mintiendo, pero sí para crear mentiras tan rápido.

— Entre más quieres algo más te lo niegas, a veces porque sientes que no lo mereces, o porque estás enfocado en otras cosas, eso dice la abuela ¿Verdad, ______-chan?

La mayor asintió agradecida de haber sido salvada por su prima, ninguna sabía que decir exactamente o si decir algo, la tormenta termino a alargándose y seguramente duraría el resto del día. Nuevamente, Nanami ofreció jugar Hanafunda con las Kochōu, ambas aceptaron gustosas, Nanami había terminado por ser una grandiosa jugadora y una amblé anfitriona. 

Flores en la sangre (KNY x Tu) FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora