Baúles.

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El sonido de los pequeños y rápidos pasos resonaban en el pasillo de la casa mientras el niño se dirigía a un lugar en específico, al llegar a su destino tocó un par de veces la puerta y espero a que quien está al otro lado la abriera.

No tuvo que esperar mucho, ya que en menos de un minuto la puerta fue abierta por un hombre con ropas oscuras y cabellos hasta los hombros, tan negros como sus ojos.

- ¿Qué sucede Harry? - preguntó con voz calmada.

- ¡Papi! - dijo el pequeño con alegría mientras abrazaba las piernas del mago mayor y, sin soltarlo, continuo - se me escapó, ayúdame.

- ¿Qué se te escapó?.

- La smitch que me dió mi padino.

Severus apretó el puente de su nariz con molestia, desde que el pulgoso de Sirius le regaló la dichosa snitch a Harry solo ha causado problemas, ya había roto varias cosas en la casa.

Encerio, ¿A que clase de idiota se le ocurre que es buena idea regalarle éso a un niño de 5 años? A Sirius Black, obviamente.

- Muy bien Harry, ¿Por dónde se te escapó?.

El pequeño soltó las piernas del mayor para tomarlo de la mano y empezar a jalarlo, guiandolo por la casa hasta el sitio donde perdió de vista la snitch.

- Ahí.

- ¿Qué hace eso abierto? - preguntó, viendo con el ceño fruncido la puerta que lleva al ático entre abierta.

- No se, pero se metió ahí ¿Me ayudas?.

Resignado Severus abrió por completo la puerta, despues de asegurar la escalera subió primero y encendió la luz.

- Ya puedes subir - aviso a su hijo que esperaba al final de la escalera el permiso para subir, en cuanto lo obtuvo subió.

- ¡Smitch! ¡¿Dónde estás?! - llamó a la pequeña bolita, como si de una mascota se tratara, mientras la buscaba.

A Severus le pareció adorable esa acción, paseo su vista por el lugar tratando de encontrar la bolita para salir de allí y volver al trabajo que dejó a medias, rebuscó entre cajas y vió las esquinas pero no la veía por ninguna parte.

Buscando alrededor alguna pista, sus ojos se quedaron fijos en un punto, mientras se mordía la lengua para no soltar una maldición, se acercó a la pequeña y redonda ventana del ático para confirmar que no estaba equivocado, y efectivamente tenía razón.

La ventana estaba rota.

Cerro los ojos pensando como explicarle a su hijo lo ocurrido, obviamente había sido la snitch la causante, las ventanas estaban hechizadas para que no se rompieran desde afuera así que tuvo que ser desde adentro, ahora, ¿Cómo se lo explicaría a Harry sin que termine llorando por su juguete perdido? Casi podía sentir el dolor de cabeza futuro. Todo era culpa de Black.

- ¡Papi mira lo que encontré!.

El llamado de su hijo detuvo sus pensamientos en contra del mayor de los hermanos Black, se acercó al pequeño que se encontraba al otro lado del ático frente a un par de baúles, que reconoció de inmediato, medio cubiertos por una sábana llena de polvo.

- ¿Qué son estos? - preguntó el niño apuntando a los baúles.

- Son nuestros baúles escolares, de cuando tu padre y yo estudiamos.

- ¡¿De verdad?! ¿De Gowarts?.

- Hogwarts, Harry - le corrigió con una leve sonrisa.

- ¿Podemos abrirlos? ¡Por favor!, ¡Por favor!, ¡Por favor! - repetía dando brinquitos en su lugar jalando levemente la camisa de su papi.

Baúl de recuerdos.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن