Comencé a trabajar en el hospital, no era algo que me encantaba, pero era lo que debía hacer, comencé a ganar mis primeros salarios y estaba bastante feliz, no era mucho pero era algo bastante aceptable, algo que por lo menos agradecía mucho.
Para época de navidad me compré ropa, regalos para mi familia, y cosas en las que aportar a la casa.
Llego esa linda época tan celebrada por mi familia, Navidad.
Para Navidad ocupe un beatle verde pastel, pantalones acampanados azul, botines blancos y un suéter blanco von lineas, sobre el beatle.
Llego John junto a su familia, sus suegros, su esposa e hijo, eran tan lindos.
Por mi parte estaba sola, sin novio, como en los viejos tiempos, era una linda sensación, me sentía más pequeña o tal vez intentaba ver ese espacio como su fuesen 10 años atrás.
Ese olor a comida recién horneada, esa calida luz de tu hogar, ese calido abrazo que dan tus padres al verte llegar, esa tenue luz de chimenea, adornos, todos juntos en la mesa...me hacía estar muy nostálgica, extrañaba esos años de escuela, cuando era todo más facil, cuando no debía ganar dinero y mantenerme sola, cuando nada me preocupaba, realmente extrañaba esos años.
Entre risas y antiguas historias ya eran cerca de las 11 pm.
Verónica fue a acostar a Robert a la cama de John, lo hizo dormir, mientras en el primer piso la esperaba una copa de Champán.
-hija- me acerco la hermosa Copa a la cara- ten
-no gracias mamá, no...tengo ganas- fui hacia la cocina y me orepare un chocolate caliente
-vamos, ¿en serio estas bebiendo eso?- preguntó entre risas John
-si...- dije cabizbaja
-¿todo en orden?
-si, solo que recuerdo cuando éramos niños, nos preocupaban cosas que hoy no son de importancia, nuestros padres cada vez van envejeciendo y...lo siento, estoy muy- me interrumpió y me regaló un abrazo.
Fue un hermoso abrazo, me aferre con mis manos a sus hombros y solté alguna que otra lágrima.
No quería soltar a John, tenía tanto miedo o tener que crecer, tener que hacer una familia, tener que salir de casa, ser yo quién mande, me aterra, cuanto daría por volver el tiempo atrás, volver a tener 15 años reirme, no sentir preocupación alguna.
Mientras John me acogía entre sus calidos brazos sonó el timbre.
-yo voy- dijo mamá mientras sus tacones hacían ruido y se detenían en frente de la puerta.
-hola señora Deacon- mi corazón se detuvo y apreté con más fuerza a John
-Brian...-dijo alegre- adelante
Brian, Brian, Brian ¿que demonios haces aqui?
-Deacy- dijo extendiendo los brazos- feliz navidad, ten- extendió un regalo- es para Robert...
-muchas gracias Brian- miró a Chrissie- Chrissie ¿cómo estás?
-bien...- Brian y Chrissie fueron a saludar a Verónica, sus padres, Emily y luego a mi.
-¿cómo estás?- preguntó Brian
-bien...¿y ustedes?
-estamos bién - le tomó la mano a Chrissie
-que bueno, me alegra que estén bién- sonreí
-no sabía que ibas a estar aca- dijo Brian, cosa que era algo estúpido, el bien sabía que siempre pasaba épocas festivas con mi familia, incluso cuando estaba estudiando en Shiffield
-¿no?
-no...
-bueno, ahora ya es definitivo, me quedo acá, en Londres
-ahh...¿terminaste la universidad?
-si...
-ya estás ¿trabajando?
-si, en el hospital
-ahh, que bueno- nos quedamos mirando a los ojos mientras Chrissie estaba presente.
Fue una mirada muy larga, tal vez un poco coqueta o cautivadora con una sutil tristeza.
-bueno...- llegó mamá ofreciendo unas copas con vino blanco
-Brian, Chrissie
-no gracias, hoy manejo- dijo Brian mientras no dejaba de mirarme
-¿y tu?- mamá miró a Chrissie
-está bién- sonrió.
