ATEEZ ONESHOTS

like a film - seongsang 🌸

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ Era domingo por la mañana, donde la familia Kang se levantaban temprano para darle mantenimiento al jardín. Mientras el señor Kang usaba la apodadora para cortar el pasto, el hijo menor cortaba las hojas muertas de los rosales, la mayor regaba los arbustos frutales, y la señora Kang sembraba verduras en el pequeño invernadero que tenían.

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ El señor Kang y el menor cargaban las bolsas de basura y las sacaron al patio delantero, dejándolas en los botes de basura. Un carro se estacionó en la casa de enseguida, del cual salió un joven alto y delgado. Trotó al lado del pasajero y abrió la puerta, ayudando a una señora, ya mayor, salir del coche.

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ La señora se apoyaba del brazo del joven, ambos riendo por algo que habían dicho.

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ —Buen día, abuelita Park —dijo sonriendo el señor Kang—. Veo que ustedes ya terminaron el mandado, ¿eh?

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎La señora Park sonrió, —Aquí mi hermoso nieto nos ha facilitado mucho el trabajo.

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ —Sí, se ve como un buen nieto. Creo que aún no conoces a Yeosang, ¿verdad? —se dirigió al joven.

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ —No, señor Kang. —respondió tímidamente—. No había tenido la oportunidad de conocerlo.

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ —Yeosang, este es el nieto de la abuelita Park. Se llama Park Seonghwa y es un año mayor que tú. Seonghwa, él es mi hijo, y es un poco rebelde. Nada como tú —soltó una pequeña carcajada.

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ Yeosang se mordió el labio, haciendo una reverencia al mismo tiempo que Seonghwa.

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ —No digas eso, Sanghyeok —rió la anciana—. Me consta que Yeosang también es un chico lindo, responsable y de confianza —Le sonrió.

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ Sanghyeok sonrió con orgullo.

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ —Hijo, ayúdale a Seonghwa con el mandado. Él tiene que ayudar a su abuela.

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ Yeosang volteó a ver a su padre, arqueando una ceja.

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ —¿Podrías ayudarme, mijo?

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ Sintiéndose derretido por la dulce voz de la abuelita Park, asintió involuntariamente. Seonghwa le entregó las llaves del coche.

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ —Unas cosas están en la cajuela, y otras en los asientos traseros. —dijo Seonghwa.

‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ Yeosang notó cómo su voz era grave, pero suave y tímida a la vez. Caminó hacia el coche y tomó lo que pudo. Su padre le pidió que regresara pronto para seguir trabajando en el jardín, a lo cual asintió como respuesta y se dirigió a la casa de los Park.