Todos Los Días (Nau)

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Maratón 1/3:

Las cartas desaparecieron, porque ahora podiamos hablar de frente y eso era maravilloso.

Pero sucedió algo, que hizo que toda la magía desapareciera.
Era una mañana de Lunes, en el bach, era el primer receso. Alan, un compañero se acercó a mí, para preguntarme sobre unos trabajos que debíamos hacer en matemáticas.

-Gracias Isa, por ayudarme-Dijo sonriendo

-No es problema-Dije y le abracé

Sabía que él estaba pasando por un momento difícil, ya que su madre falleció, eso lo mantuvo muy mal y se atrasó mucho en los trabajos.

Luego de eso se marchó y yo quedé en  mi casillero, buscando mis cuadernos para las siguientes clases. En ese momento siento como me cogen fuertemente del brazo y me girán, al mirar quien era, era Nau.

-¿Qué pasa?-Dije asustada

-¿Por qué abrazaste a Alan?.

-Le he dado apoyo, esta pasando un difícil momento.

Estaba rayada, no entendía nada.

-Puedes darle apoyo con palabras sin tener que tocarle.

-¿qué estas celoso tío?-Dije riendo

Pero al momento deje de reír, su cara era de enojo puro, jamás había visto así a Nau.

-Haz lo que quieras-Me soltó tan bruscamente que caí al suelo.

Al instante comencé a llorar.

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-¿Qué le pasa, es tonto o qué?-Dijo Belén

-No lo sé, ha sido un abrazo, además Alan es un amor de niño, jamás se atrevería a propasarse conmigo.

-Son celos Isabel, pero unos muy fuertes... Eso irá creciendo y será horrible tanto para ti, como para él-Dijo Belén

-No quiero dejarle, pero tampoco quiero que esto me afecte... Me ha costado mucho recuperarme para que ahora decaía por algo así.

-Lo que decidas estará bien, pero hazlo priorizando tu bien estar.

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-Perdoname Isabel, no sé que me ha pasado... fue algo que no he podido controlar-decía mientras yo estaba cruzada de brazos y mirándolo atentamente.

-Si quieres que esto continúe, deberás aprender a controlarlo, yo no soy tu propiedad Nauzet, soy una persona y no nací para pertencerte a ti, ni a nadie, sólo a mí.

-Sí, Isabel, eso ya lo sé... perdoname por favor-suplicó.

-Te lo dejaré claro desde ahora, si otra vez vuelve a pasar eso o algo peor, esto se acaba y no voy a dudarlo, ni reconciderarlo.

-Esta bien-asintió-te prometo que no volverá a ocurrir.

-Muy bien-sonreí-ese es el Nau, que amo y que adoro todos los días.

-Y tú eres la Isabel, que amo y adoro todos los días.