Cura Para El Corazon...

25.día 2

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-contigo aquí, de verdad me siento tan segura- dijo bostezando.

-jamás dejaré que algo te pase, lo prometo-dije besando su cabeza.

Tenerla conmigo era lo mejor, y saber que yo era La persona con la que ella se sentía segura, me hacia increíblemente feliz.

Y finalmente cai en los brazos de morfeo.
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~HIPO~
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Nos despertamos a la mitad de la noche ya que escuchamos ruidos extraños.

-amor, ¿escuchaste eso?- me preguntó astrid inquieta.

-si-

-¿escucharon eso?- patapez dijo tembloroso.

-¡por fin algo de acción! estamos listos para todo- sonrieron los gemelos.

-tranquilos todos, veré que sucede esperen aquí-dije.

-iré contigo- me alcanzó astrid.

-no princesa, me siento más seguro si te quedas aquí con todo él grupo ¿si?- le expliqué acariciando su mejilla.

-pero...- murmuró preocupada.

-tranquila as, yo iré con el- habló brutacio caminando hacia mi.

-Yo también- nos alcanzó patapez.

-tengan cuidado-

-lo tendremos-
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Revisamos el perímetro perfectamente y no encontramos nada extraño, solo algunos dragones.

-¿podemos volver? Creó que ya me salieron ampollas en los pies- se quejó brutacio.

-pues creo que los ruidos extraños fueron causados por los dragones-dijo patapez.

-si, creo lo mismo. Bien volvamos ya- dije.

-¿tan rápido joven hipo?- escuché.

-¿quién eres?- pregunté.

-mi nombre es viggo- dijo saliendo de las sombras.

-¿y se puede saber por qué rayos nos despertaste querido viggo?- preguntó brutacio.

-oh, lo lamento no era mi intención- lo miró.

-tengo el sueño ligero y aparte de eso insomnio, la próxima vez considera eso- le explicó brutacio.

Patapez y yo lo miramos dándole a entender que se callara, sin embargo viggo pareció pensarlo y sentirse mal por un momento, lo cual fue muy gracioso.

-en fin mis sinceras disculpas- volvió a repetir viggo.

-¡señor!- dijo uno de sus hombres.

-disculpen, dime- le habló al hombre.

-encontramos a los ala cambiantes-

-cazador...- murmuro patapez.

-así es- sonrió viggo.

-pero descuiden, no les haremos daño, nisiquiera estaba en mis planes encontrarlos aquí- explicó.

-ese es el problema amigo, nosotros detenemos a los cazadores- se burló brutacio, patapez y yo nos golpeamos la frente ante su actitud.

-ohhh en ese caso es una pena-dijo haciendo una señal a sus hombres.

En ese momento llegaron chimuelo y tormenta y se colocaron delante de nosotros para protegernos.

-esperen ¿maestro dragón?- preguntó mirándome fijamente.

-no es un placer-lo miré.

-vaya quien lo diría, espere ¿dónde esta?- preguntó curioso.