🍃 Cometiendo un crímen 🍃

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Advertencia

•conway y Gustabo como padres de segismundo

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La recepción de comisaría se encontraba en total caos, gritos por aquí, peleas por haya, y aunque los policías intentaban frenarlos no podrían hacer nada hasta que el súperintendente lo hechara, pero aquél hombre estaba mas ocupado con otros asuntos.

-¡Un puto badulaque!- grito azotando su mano sobre aquella mesa de interrogatorios- ¡Atracaste un puto badulaque!- grito demostrando su enojo.

Frente a él se encontraba su hijo mayor esposado a la mesa y a su novio en la mismas condiciones pero del otro lado de la mesa.

-No fue nada del otro mundo- se encogió de hombros restándole importancia.

Jack empezó a reír fuerte mientras se daba la vuelta y colocaba sus manos en su cintura, cuando se calmo volvió a ver a su hijo que se encontraba de todo menos arrepentido. Podía notar hasta diversión en su mirada y eso le hacía hervir la sangre.

-No fue nada del otro mundo- repitió- tienes razón sabes ahora mismo los dejaré ir-

--¿En serio?- pregunto el mexicano

-¡Claro que no subnormal!- le golpeo la espalda con la porra- ¡Te había advertido que te alejaras de mi hijo pero no quisiste escuchar!-

-¡yo fui el de la idea papá!- grito el joven

-¡Eso ya lo sé!- respiro hondo- y no sabes cuánto me decepciona eso-

El joven apretó sus puños aguantadose el dolor que esas frías palabras le habían causado, se acomodo en su lugar y bajo su mirada hacia la mesa y no la despegó de ahí por varios minutos, Emilio se sentía culpable.

Después de un tiempo en silencio conway salió azotando la puerta con fuerza haciendo sobresaltar a los hombres dentro, ninguno dijo nada ya que sabían que no era el momento. Paso un poco más de tiempo y le puerta fue abierta nuevamente pero esta vez fue Gustabo el que entró a la habitación.

Observo un poco a su hijo y a su nuero para después sentarse en la fría mesa de metal.

--Tu padre está enojado- comento con su mirada en la pared donde se encontraba aquella ventana secreta por dónde un enojado Jack los observaba.

-Solo queremos saber qué paso- acarició el cabello de su hijo- que tal si me cuentas-

Segismundo levantó su mirada y apenado empezó a relatar lo sucedido.

Horas atrás.

Emilio y segismundo caminaban por las calles con dirección al badulaque más cercano, habían estado aburridos la mayoría del tiempo y entre esos momentos se les ocurrió la idea de atracar un badulaque. Llevaban unas mochilas en sus espaldas donde se encontraban las cosas que necesitarían.

-Espera detente- Gustabo interrumpió el relato- ¿hiciste todo esto por qué estabas aburrido?

-Si pero no es importante-

-No sé si estoy orgulloso o preocupado-

-Como sea, sigo-

Llegaron al badulaque y en la parte de atrás donde casi no pasaban las personas se colocaron sus máscaras y tomaron sus armas preparados para entrar, Emilio fue el primero en adentrarse al local y amenazar a los empleados que estaban de turnos.

Mientras segismundo se adentraba más al local para guardar todo el dinero en su mochila, Emilio colocaba a cada rehén en una fila con sus manos detrás de la cabeza Mientras los apuntaba.

Todo estaba saliendo de acuerdo a plan, pero cuando iban a salir la entrada fue obstruida por un patrulla y de el salió el mismísimo superintendente y segismundo supo que estaba jodido, no pudo a ver llegado uno de sus tíos o cuál quiera que estuviera de servicio, no, su padre tenía que ir.

-No estoy de humor para gilipolleces así que hagamos esto rápido- dijo cruzándose de brazos frente a la puerta de cristal.

La negociación fue llevada acabo por Emilio ya que al menor le daba miedo hablar y ser descubierto por su padre que se veía que podría matar al primero que lo hiciera enojar más.

Mediante pasaba el tiempo llegaron los demás policías como refuerzos, todo estaban formados y apuntaban hacia la puerta por si ocurría algo.

Cuando estaban apunto de cerrar la negociación por alguna razón que el joven no recuerda los dos hombres se empezaron a pelear y Emilio termino rompiendo negociación cuando disparo intentado asustar a aquel hombres grave error.

Segismundo empujo a su novio hacia atrás y lo tiró a suelo mientras le grita que le sucedía por la cabeza al hacer algo así, empezaron a pelear ahí mientras la policía se preparaba para entrar al local.

Conway fue el primero en entrar y hubiera disparado si el más joven no estuviera con sus manos alzadas en señal de rendición, sin entender muy bien conway hizo una seña a sus policías que descansara.

Segismundo se quitó la máscara y la dejo caer al suelo manteniendo su mirada baja y se arrepentía mucho se a ver decidió mirar a su padre, aquella mirada era algo que nunca iba a olvidar.

-Y eso fue lo que paso- acarició sus muñecas- vez como nos es la gran cosa.

Gustabo suspiro y le dedicó una leve sonrisa.

-Sabes que aunque seas nuestro hijo tendremos que multarte y meterte a la celda el tiempo estipulado ¿verdad?-

-lo se- suspiro

-Bien, yo me encargaré de el papeleo mientras tú padre los escolta- se bajó de la mesa y camino un poco hasta llegar a la puerta- Espero que está sea la última vez- le miro

Segismundo se hizo chiquito en su lugar, desde pequeño había odiado aquella mirada hacia y fría se les dedicaba cuando hacia algo mal.

Conway entro y los desesposo para llevarlos mediante a jalones a las celdas, ya enfrente primero medio a Emilio a la suya sin quedarse con las ganas de darle una patada, segismundo quiso decir algo pero creyó que era mejor callar.

A él sólo le abrió la puerta y la cerró cuando y estuvo a dentro.

-Papá-

-No digas nada- le calló- al aparecer me equivoqué contigo- dijo rudamente antes de retirarse

Segismundo tembló un poco y se mordió el labio evitando que los sollozos salieran, de recargo en los barrotes y se dejó caer en el suelo donde se abrazó hecho bolita.

Se sentía muy mal pero eso no cambiaría lo que el era, hacer lo que hacía los hacia él y aunque le dolieran mucho aquellas palabras no podrían evitar nada.

Sintió que alguien tomaba su mano y quitándose las lágrimas de los ojos se movió un poco para ver a su novio en la celda de al lado, le sonrió y le dio un apretón a s mano. Emilio se recargo más en aquellos tubos de metal para estar más cerca de su pareja.

Segismundo respiro hondo y beso aquella mano que era más grande que la suya y lo hacía sentir protegido, cerró sus ojos para solo sentir la compañía de su pareja con el y nada más.

Quería olvidar aquellas miradas y palabras frías que le habían calado en el corazón, se calmo un poco más cuando su novio le empezó a cantar en voz muy bajita.

Sonrió dejándose llevar y por un momento, solo un momento, se olvidó de aquella realidad que tanto le pesaba.

Con Emilio a su lado aquella sentencia no sería tan larga.

Carolcons

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4/07/2020



segilioMonth Where stories live. Discover now