3

13 0 0
                                    

Estamos en una bodega donde hay algunos aviones y automóviles, y a fuera se escuchan aviones despegando.
Me acerco a la carpa donde todos los niños están siendo atendidos, veo a mi papá acompañándome.

-que es esto?

-el campamento a donde irás

Después de eso ya no dije nada.
Llegó mi turno y mi papá solo se mantenía cerca, me subieron a una silla, de pie, con un algodón pusieron un líquido café a unos dos dedos de mi rodilla derecha, vi como traían una inyección azul, con la auja un poco grande, me asusté, pero no me dieron tiempo ni de rezar algo cuando me la inyectaron, después de 5 segundos ya no sentía la pierna entera.
Vi como agarraron un bisturí, me asuste mucho y quise bajar de la silla, pero mi papá me dijo que todo estaria bien, y me regreso a donde estaba, abrieron mi piel sobre ese líquido café y vi sangre salir, mucha sangre, hicieron el corte de forma rectangular, y sacaron un pedazo de carne de mi pierna y la guardaron en un frasco con un líquido.
No entendía porque tenían que hacer eso para ir al campamento... Ni siquiera tenia Idea de que iría.

Cosieron mi pierna y pude bajar, aun no sentia mi pierna por lo que daba pequeños saltitos para avanzar.
Vi a unas personas que en su momento se me hacían conocidas, después me di cuenta que eran unos completos desconocidos.

Me despedí llorando de mi papá, por alguna extraña razón sentía que moriría y seria la última vez que lo vería.

Me dirigí al autobús negro y subí.
Llegamos a una tipo clínica, o solo era una casa con la fachada de una.

Por alguna razón sentía mucho miedo, entramos y la señora de ahí era muy estricta, a uno de mis acompañantes por tocar la mesita de recepción empezó a golpearlo con una vara, estaba todo rojo de la cara y de los brazos mi acompañante, no supe que hacer, solo miraba como con dificultad respiraba. Después de eso, la señora nos vio al resto con una sonrisa que daba miedo y nos llevó nuestras habitaciones, eran dos literas en ambos lados de las paredes, yo dormí arriba, aun con miedo de que algo malo pasara.

En un momento me ganó la curiosidad y me asome por la ventana que tenía la puerta, vi a esa señora, con más de 50 frascos donde venían los pedazos de carne que nos quitaron con el nombre del dueño correspondiente. Los empezó a oler uno por uno y vi el mío ahí, ella lo olió y sus ojos se hicieron completamente blancos, y empezó a comerlos, yo entendí algo, no se qué exactamente pero sentia que corría peligro. Busqué en la habitación y vi un reloj a lo alto, subí a mi cama e intenté tomarlo, cuando lo tuve lo desarmé y tomé la auja más grande, que indicaba los minutos, y tambien la chica, la de las horas, fue entonces cuando escuché que se levantó de su silla que rechinaba horrible. Venía hacia acá. Me levante rápido y escondí el armazón del reloj, corrí detrás de la puerta y fue cuando ella la abrió, entró sin hacer ruido y antes de que caminara salte y encajé la auja de las horas en su nuca, ella grito de una manera inhumana, se acercó a mí y rasguño mi pierna derecha donde tenía mis puntadas, haciendo que la herida se abriera y empezara a sangrar. Tomé la auja de los minutos y la encajé lo más profundo que pude en el lado izquierdo de su pecho, a la altura un poco baja de su busto, ella cayó y yo empecé a revisarla, tal vez buscando llaves, solo encontré dos, y corrí, salí por donde una vez había entrado y seguí corriendo, no podía ser muy veloz por la maldita herida abierta en mi pierna, llegué a la reja que daba a la carretera y traté de usar una de las llaves, no abrió, use la otra y giro pero no podía dar el último giro para abrirla, se atoró. Voltee y vi a la señora tratando de caminar hacia mí, entré en pánico y golpie la reja y esta se abrió, volví a correr, nos se cuantos kilómetros, no se cuanto tiempo, pero había llegado a una ciudad, intenté gritar pero todo se volvió oscuro y fue cuando desperté.























Fin.

Historias De Una Mente Única Donde viven las historias. Descúbrelo ahora