THE WALL OF WINNIPEG AND ME - Mariana Zapata

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•FRASES QUE NOS ENAMORARON•

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•FRASES QUE NOS ENAMORARON•

🏈 Sabía lo que era ser intimidada y Aiden nunca cruzaba la línea siendo innecesariamente malo. No era más que un asno a veces.

🏈 Era un maldito brujo. Lo juro por mi vida, era un maldito brujo. Un mago. Un oráculo. Una persona con un tercer ojo. Cada una de las veces que le saqué el dedo, había sido consciente de ello. Tampoco creí que fuera obvia al respecto.

🏈A pesar de lo que pensaban algunas personas, el ala defensiva de los Three Hundreds, el equipo de fútbol profesional de Dallas, no era realmente un idiota ni resultaba difícil de trabajar con él. Con todas sus expresiones y quejas, nunca maldecida y casi nunca perdía los estribos sin una buena razón. Era exigente, sabía exactamente lo que quería y como le gustaba cada cosa en su vida. Honestamente, se trataba de una cualidad admirable, pensaba, pero era mi trabajo hacer que esas solicitudes se hicieran realidad, independientemente de si estaba de acuerdo con sus decisiones o no.

🏈¿Qué era lo peor que podría suceder? ¿Tendría que encontrar otro trabajo si mi base de clientes se agotaba? Que horrible. No sabría lo que pasaría si lo intentara. La vida era un riesgo.

🏈Parpadeé, notando que su expresión había pasado de escudriñadora a contemplativa. Pensativa. Demasiado pensativa. Esta rara sensación se subió por mi cuello. Raro, raro, raro, diciéndome que había algo raro, diciéndome que probablemente debería salir de su línea de visión. Di un paso atrás y lo miré.
—¿Qué?
Nada en este mundo podría haberme preparado para lo que salió de su boca después.
—Cásate conmigo.

🏈—¿Necesitas algo? —Las palabras estaban fuera de mi boca antes de que pudiera detenerme, maldición.
Efectivamente, Aiden asintió, todavía parado en el recibidor entre la puerta y el resto de mi apartamento.
—A ti.
A mí.
En otro mundo, con otra persona, me habría gustado pensar que amaría escuchar a alguien decir que me necesitaba. Pero… este era Aiden.

🏈 El camino hacia la consecución de tus objetivos no era una línea recta; se parecía más a un laberinto de maíz. Te detenías, avanzabas, retrocedías y dabas unos giros equivocados en el camino, pero lo importante era recordar que había una salida.

🏈 Pero tan impresionante como era Aiden, tanto como su perfecto culo que hacía que las mujeres miraran dos veces, y tan tonta como la mayoría de la gente podría pensar que era por renunciar a un trabajo con un hombre que actuaba en comerciales para una empresa de ropa deportiva, todavía quería irme.

🏈 Aiden era guapo de una manera que no era estéticamente bella.

🏈 Pero había cosas en la vida que no podías hacer a menos que salieras de tu zona de confort y tomaras el riesgo, y trabajar para mí misma era una de ellas.

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