•~01~•

602 75 32
                                    

Pero que pendejos.

El de cabellos oscuros sonrió divertido al ver como ambos a su parecer se habían asustado con aquella broma, así finalizando con la videollamada.

Quedando él solo, nuevamente en aquellas cuatro paredes.

Bien, sabiendo que aquel círculo de velas en su cuarto a oscuras no provocaría nada más que un probable incendio, se acercó y sopló cada una de ellas extinguiendo su llama, quedando sin ninguna iluminación. Tal vez hubiera sido mejor encender la luz primero, encontrar el interruptor sería un gran problema ahora.

En fin, de todas formas el mayor riesgo que se podría llevar era golpearse con algo en el trayecto o simplemente tropezarse. No es que creyera que algo le saldría por estar jugando a invocar a un ente de la oscuridad, para nada. Eso sería completamente ridículo.

O eso pensó hasta que sintió como algo le rozó el pie.

Quedando mudo pegó un pequeño salto tal cual gato, palideciendo y dudando si eran cosas suyas o tal vez era el karma vengándose de estar jugando con cosas como esas. Era estúpido de cierta manera, aunque una pequeña paz se encontraba en él, ya de todas formas había decretado que si él desaparecía por esto, se llevaría a los chicos de igual manera. Si se jode uno, los otros también.

Apurandóse en encontrar el interruptor, palmeó la pared con un poco de desespero para ver en la dirección donde había sentido aquel contacto, sin más que ver nada fuera de su lugar. Extrañado le restó importancia, sintiéndose un tanto idiota por llegar a pensar que en realidad pudo haber sido una de aquellas cosas que aparentemente invocó.

Era increíble lo que uno puede llegar hacer por el aburrimiento, ya los meses que habían transcurrido estando en su casa, (gracias al confinamiento), habían cobrado todas sus ideas o cosas por hacer. Tales como ver de nuevo todas las temporadas de Red racer, jugar videojuegos, limpiar su habitación, ayudar con una que otra tarea de la casa y cepillar a Stripe hasta encontrar diversos estilos para él.

Craig no solía buscar algo que hacer, ya que siempre tenía algo pendiente por realizar. Incluso si su estilo de vida fuera lo que él consideraba monótono y agradable, esto de estar en casa si que pasaba los límites.

Estúpido Coronavirus.

Sintiendo un poco de hambre, se apartó de la pared para recoger las velas y el encendedor que estaban en el suelo, dejándolas en una esquina de la habitación para que no molestara su campo visual.

Bajó hacia la cocina en busca de comida, topandose con Tricia en la mesa del comedor dibujando mientras movía sus pies que colgaban del asiento, y a su madre cosiendo tranquilamente a mano rodeada de telas, hilos y agujas. Extrañado por lo último, se acercó a ella, ganándose la mirada de la rubia que notó su curiosidad por ver que estaba haciendo.

-¡Mira Craig!, hize este para tí cariño. -dejando ún lado lo que estaba cosiendo, entusiasmada sacó entre un montón de telas un tapa bocas color azul ultramar, hecho por ella misma, pues pequeños hilos sobresalían de manera superficial haciendo notar el esfuerzo y dedicación que le había dado en su confección.-¿Te gusta hijo?, es la primera vez que hago esto... Así que no te burles. -pidió dejándolo en sus manos, vió como Craig sonrió genuinamente alzando su vista a ella de manera aprobatoria, respirando tranquila nuevamente.

-Está genial mamá-agradeció dando un beso en su frente, haciendo feliz a la contraria al saber que cumplió su deber como mamá. Tricia hizó una mueca ante ello mientras sacaba su lengua, mientras él respondía alzando su dedo medio en su dirección. Se separó para guardarlo en su bolsillo, acercándose a los gabetines en busca de su objetivo principal, comer cereal-¿Hay leche?-preguntó antes de cometer la gracia de servirse y que no hubiera.

-Papá salió a comprar-respondió su hermana desde su lugar, sin despegar la vista de lo que dibujaba.-No ha de tardarse en llegar, pues salió hace un rato-Irónicamente se escuchó como la puerta fue tocada, siendo Laura quien se levantara a recibir a su esposo mientras le ayudaba con el proceso de desinfección para luego cargar con las bolsas.

En el rostro de Thomas se reflejaba el cansancio tanto físico como mental, pues ser el comprador designado de la familia implicaba tener que comprar atentamente lo que necesitaran sin poder olvidar nada, para no tener que volver a salir y correr el riesgo de estar entre multitudes que pasaban por la misma situación.

Según él, eso le hacia el padre del año.

-Bien, ya me iré a bañar.-dijo más que todo para si mismo, agotado mientras subía las escaleras. Dejando a su familia viendole hasta desaparecer por el final de esta.

. . .


Ya el chico de orbes lima se encontraba entre la comodidad de sus sabanas, viendo el techo de su habitación repleto de estrellas y astros brillantes de plástico, mientras sus párpados pesaban y caían constantemente en la tentación de dormir. Pero, se sentía tenso de cierta forma, sintiéndose observado. No podía ser Stripes, puesto que la cobaya se hallaba durmiendo plácidamente en su jaula, dejando de lado que esa era el único ser viviente que le acompañaba.

Al parecer, había un tercero invadiendo su espacio.

Lo sabía por notar un silencio más incómodo de lo normal, el cual no era común en ese ambiente.

Abriendo sus ojos, se sentó en su lugar mientras inspeccionó con la mirada los rincones y objetos de su habitación pese a la baja iluminación que había, siendo el resultado de reconocer todo lo que se encontraba ante sus ojos. Desde la jaula de su cobaya, la pila de ropa sucia rebosando su propia cesta, objetos y viejos juguetes que rondaban por ahí... Nada. Relativamente nada estaba fuera de lugar.

Se terminaría volviendo loco por tan solo pensar y sentir que tenía una mirada clavada en su nuca, aunque no fuera la primera vez que se encontraba cara a cara con cosas y situaciones extrañas o surrealistas notaba esto de manera diferente.

Pero, por los momentos al no encontrar nada. Se sentía más seguro para seguir en busca de lo que aparentemente le perturbaba.

Solo faltaba inspeccionar a su costado derecho, puesto que su última opción era voltear hacia el clóset. Cosa que hizo con tranquilidad hasta que vió un par de ojos color rubí, inquietantes y malintencionados resplandeciendo entre el lugar observandole sin descaro alguno.

No jodas, al parecer si funcionó.

Craig sintió su corazón detenerse y como el aire que contenía en sus pulmones había abandonado su cuerpo. Sin saber cómo reaccionar o que hacer solo mantuvo su mirada en un intento de no entrar en pánico, algo que había aprendido de las películas es que no hay mayor temor que al de uno mismo. Espera, eso sonó muy gay.

.
.
.
.

•~⛤~•

Bien, aquí otro fragmento más extenso de la historia.
Solo espero que esta historia no sea tan kk.

[н̲̲̅̅є̲̲̅̅y̲̲̅̅,̲̲̅̅ ̲̲̅̅g̲̲̅̅σ̲̲̅̅d̲̲̅̅!̲̲̅̅ ̲̲̅̅]Where stories live. Discover now