05. Perdido

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La mañana siguiente no fue diferente de lo habitual: ensayos, correcciones y un inacabable montaje lo esperaban en la academia. La energía con la que siempre despertaba no lo acompañaba ese día, ya que no pudo dormir en toda la noche. Le fue imposible controlar la emoción que esas tres palabras despertaron en él, pasó la madrugada imaginando y construyendo historias de cómo sería su siguiente encuentro. Infortunadamente poseía una gran imaginación y su capacidad para crear historias sería la envidia de cualquier escritor.

A media tarde recibió una llamada de la administración de su edificio informándole que un paquete para él había llegado, y este era de un tamaño considerable, por lo que no podían mantenerlo en la recepción. Para Gulf era imposible salir de la academia, así que dio su autorización para que llevaran las nuevas pinturas que había adquirido hasta su departamento.

Al terminar el ensayo se dirigió a su hogar como de costumbre y se encontró con una sorpresa. La puerta principal estaba abierta y, aunque adentro todo estaba en silencio y completamente oscuro un mal presentimiento lo invadió. A tientas logró encender la luz y una vez que el interior se iluminó por completo pudo ver que todo estaba en su lugar. Caminó cautelosamente hacia el interior y una por una reviso cada habitación y rincón existentes para asegurarse de que no hubiera algún ladrón adentro.

Extrañado, pero aliviado por no encontrar nada, se sentó en el sofá dos segundos cuando a su mente vino Ju. Se percató de que su gatito no se había acercado a darle la bienvenida y entró en pánico. Inmediatamente se puso de pie y comenzó a llamarlo, lo buscó detrás y debajo de cada mueble, sin embargo, no apareció.

En ese momento Mew se paró frente a la ventana y lo saludó dulcemente, Gulf correspondió con una media sonrisa, se disculpó con un encogimiento de hombros y salió disparado por la puerta en busca de su mejor amigo. Recorrió todo el edificio y después las calles, gritó su nombre por horas. seguramente Ju estaba asustado, su gatito jamás había estado en el exterior. La preocupación de que algo malo le ocurriera lo estaba consumiendo.

Llegó la madrugada y con el ánimo en los suelos Gulf regresó a casa, esa noche no cenó. No podía pasar bocado mientras su compañero no tenía nada para comer allá afuera.

La noche siguiente repitió la actividad. Apenas llegó a casa buscó algunos juguetes de Ju para dejarlos en lugares estratégicos y que así pudiera encontrar el camino de regreso. Mew estaba en su sofá y lo miraba con atención, Gulf solo pudo girarse y negar con la cabeza mientras volvía a las calles. Lamentablemente obtuvo el mismo resultado que la noche anterior.

Para la tercera noche cuando llegó a su departamento vio un rectángulo blanco compuesto por unas seis hojas pegadas en la ventana con una pregunta en el centro: «¿Está todo bien?». Agradeció profundamente su preocupación y respondió a su pregunta escribiendo: «Mi gatito se perdió». Después de pegar la hoja salió a la calle otra vez.

El chico de enfrenteWhere stories live. Discover now