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Un día como hoy

Un día como hoy, después de tanto tiempo, después de tantos intentos de evitarlo, te recordé, recordé como eras, como solías ser frente a los demás, tan abierto, tan alegre, y a su vez sofisticado. Un día como hoy pasé por la librería, la librería donde nos vimos por primera vez, y te vi de reojo, en la sección de misterio, sabía que ese estilo quedaba contigo, y sentiste que te miré y me sonreíste. El día de hoy, en la librería, toqué el lomo de los libros que iba viendo, y recordé como era tocar tu mano, suave, como el pétalo de una rosa, justo en el centro, y los callosos de tus dedos por tocar tantas melodías, recordé como se sentían tan bien nuestras manos juntas y como creíamos que estaban hechas la una para la otra.

Era un día cálido, como lo son los días de verano, tu estación favorita, caminé por el sendero del parque en el que tuvimos nuestra primera cita, como los delicados rayos de luz crearon una película que desee recordar toda mi vida, el brillo de tus ojos avellana mirando el atardecer con esa peculiaridad, como si nunca te cansaras de los tonos anaranjados dejando dorada la ciudad y me mirabas a mí con el mismo calor, ese calor que transmitías como corrientes eléctricas a millones de kilómetros por segundo causando que me derritiese por el sólo hecho de que estuvieras cerca mío, transmitiendo tu seguridad, y recordándome cada día que todo estaría bien.

Un día como hoy, te recordé, la manera tan especial de abrazarme haciendo que olvidara mis problemas cuando no me sentía bien, la manera en la que me besabas en la frente y me susurrabas al oído que lo bueno siempre está por venir, siempre decías que la lluvia era hermosa, permitiendo ver las capas de lo desconocido y a mostrar los colores más brillantes detrás del arcoíris.

La noche de hoy subí al tejado, y al mirar las estrellas no pude evitar que a la mente las llamadas en la madrugada cuando te decía que no podía dormir, contándote mis sueños extraños, miedos y pensamientos, y respondías que era la chica más extraordinaria que habías conocido y como cada noche agradecías por cruzarme en tu camino

En la mañana encendí la radio en el auto que compramos juntos para nuestros viajes, y recordé aquella tarde en la que me llevaste al centro de la ciudad a esa pequeña tienda de discos viejos y pusimos un disco de vinilo de tu banda favorita, cantándome las letras que alguna vez marcaron la historia para muchas personas, tomaste mi cintura y bailamos la canción más bella que pudo haber existido, perdidos solamente en nosotros, y me sonreías, una sonrisa autentica, que no todo el mundo tiene el privilegio de ver.

Esta noche no pude dormir, y lo único que pude hacer fue mirar al techo por lo que se sintieron como miles de horas, y deambule por la casa, nuestra casa, que compramos para nuestro futuro, ver a nuestros niños crecer, y años después se convirtiera en la casa de los abuelos.

Un día como hoy fuimos a la playa, a pesar de ser invierno ya que la playa siempre fue tu lugar favorito, y nos sentamos en la orilla y hablamos, hasta que el sol cayó y la oscuridad tomó como propiedad nuestro alrededor, hablamos de tus miedos, y como tomaba forma nuestra vida y en ese entonces supe que quería terminar de conocerte, a ti, a tu corazón y tu alma, que nuestras células conectaran y estuvieran en una perfecta sincronía.

Un día, frío y ventoso, me llevaste a ver la nieve por primera vez, y como manejaste por varias horas solo para cumplir mi sueño realidad, como esperamos hasta que los primeros copos comenzaron a caer y como uno cayó sobre tu nariz y sonreímos tanto que nunca sentí que de verdad podría ser feliz. Recordé la manera en la que siempre tomabas mi cintura, y me guiabas a la cabaña donde pasaríamos la noche, y en mi cabeza está tan vivo el recuerdo de cómo debajo de todas esas sábanas y cobijas, exploramos cada centímetro de nosotros por primera vez, y nos prometimos todo, nos juramos todo, y todo nunca sería suficiente.

El día de hoy, caminé al viejo roble que estaba en nuestro parque, el lugar donde teníamos tantos recuerdos, y te llevé flores, y lloré, y le grite al cielo, por la vida que merecimos, por la mejor persona que pudo tener este mundo, la persona que a pesar de todo veía lo positivo de la vida, y el día de hoy, después de desearlo tanto, viviremos juntos, por el resto de la eternidad. 

Suspiros antes del despertar Where stories live. Discover now