Capítulo 2

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[En multimedia está Elías]

                               ELÍAS

Maldita sea, es el primer día de clases y ya he llegado tarde a 2 de ellas. Pero lo que les dije a los profesores era verdad, no conozco muy bien las instalaciones y me perdí por los pasillos.

–Está bien, pero que no se vuelva a repetir, puede pasar.

Yo asiento y me dirijo a un sitio vacío. El profesor empieza a explicar y unos minutos después una chica se pone en pie.

–Profesor, mi compañera no se encuentra muy bien, ¿la puedo acompañar al baño?—dice ésta.

–Sí si, llévala.

Las dos se levantaron y salieron de clase, no les pude ver la cara, solo de perfil, y se me hacían conocidas. Seguro están en más clases conmigo.

Volvieron un rato después y se asomaron por la puerta. Y ahora sí que les pude ver la cara, las dos eran bastante guapas.

–¿Podemos pasar?—pregunta la que se sentaba mal. Ya no la veo tan pálida como antes.

–Sí, adelante, ¿cómo se siente señorita...?—ellas se dirigen hacia sus asientos.

–Ariadna, Ariadna García—contesta.

¿De qué me suena ese nombre?

Me pasé toda la clase pensando en aquella chica, me sonaba un montón su nombre y su cara. Y suena el timbre.

Recojo mis cosas y mientras me dirijo hacia la salida oigo una risa, pero no una risa común y corriente, sino esa risa tan característica que nunca olvidaría, ya que no es muy común, y solo hubo una persona que tenía esa risa.
¿No será...?

Me giro para asegurarme de que es ella y en efecto, sí, Ariadna. Era la chica a la que humillé en 4 de la Eso. La que me miraba con esos ojos color café llorosos mientras yo me reía.

Qué imbécil fui.

La observo durante unos segundos, ha cambiado un montón físicamente. Está más en forma, lleva el pelo suelto pero ahora rubio, una falda y una blusa. Es muy guapa, admítelo. Me digo a mí mismo.

Y la chica que va con ella debe de ser Laura. Siempre fueron muy buena amigas y no se separaban. Ella no ha cambiado mucho, sigue siendo igual de guapa que como siempre.

De repente ellas se callan al ver que las observo. Y se dirigen hacia la salida. Pero yo quiero hablar con ella sobre lo que pasó. Así que decido llamarla.

–¡Ari!—le digo. La llamo así porque me acuerdo que sus amigos la llamaban de esa forma.

Ella se para de repente.

                           ARIADNA

Me recorre un escalofrío cuando Elías me llama de esa forma, solo lo hacen las personas que quiero. Y lo peor de todo es que él se acuerda.

Ahora mismo no sé qué hacer, pasar de largo e irme de allí o enfrentarlo.

Hazlo Ari, ponle en su lugar, igual no tienes más oportunidades para hacerlo, así sabrá que no te intimida.

Y decido pasar de él, ya tendré ocasiones, y más si va a ir a la misma clase que yo. Y justo cuando comienzo a caminar me llama de nuevo.

–¡Ari espera!—me hierve la sangre, no tiene ningún derecho a llamarme así y menos si es él.

Laura y yo nos giramos hacia él. Esto ya es el colmo. Ahora verá.

–¡No vuelvas a dirigirme la palabra! Y no me llames así, haz como que no existo y ya, ¿me has entendido?—le digo furiosa.

¿Amarlo o vengarme? [✓]Where stories live. Discover now