Capitulo 1

604 57 11
                                    


Hinata

- Bien, entonces... ¿Qué hacemos? -

- Lo primero, debo de casarme con él -

Digo con convicción.

Mis amigas me miran con cara de estúpidas, yo por otra parte, no dejó de pensar en mi vecino.

Hace una semana que está al lado, pase dos días sin saber cómo era, hasta que un día después de una gran tormenta, salgo de mi departamento preparada por si el cielo se enoja con la humanidad de nuevo para querer matarnos con un diluvio, y lo veo, con su chaqueta negra, su camiseta anaranjada, unos jeans negros y sus zapatos negros. Todo pegado al cuerpo, su cabello rubio alborotado y mojado, alto, hermoso, precioso, perfecto, etéreo. Con una mano quita el cabello de su cara y con sus ojos azules me ve, pasa al lado mío, sin decir nada, para así, entrar en el departamento que ha pasado vacío más de un año.

Desde entonces no he podido dejar de pensar en él, no he podido evitar pasar por el maldito pasillo una y otra vez para así toparme con él. Lo amo.

- Hinata - comienza Sakura - sabemos que te gusta, pero el principio de tu plan debe de ser, eh... Bueno, ¿Cómo hablar con él, no? -

- Exactamente - dice Ino - No casarte con él, dime, has pensando en todo este tiempo que tal vez, solo tal vez, no sabe tu nombre ni nada de ti - dice con preocupación.

Yo me quedo viendo la nada, pensando, analizando y llegando a una conclusión....

- Creo que ya la rompieron - escucho que dice Temari.

Estamos sentadas en mi sala, en el suelo para ser más precisos.

Pensando en el hecho que de seguro mi hermoso vecino no sabe mi nombre, que tal vez no le guste nada de mí, que puede que tenga novia.

Me acuesto en el suelo y pongo mi brazo izquierdo en mis ojos, la decepción, la traición...

- Puede tener novia... - digo con la voz cortada.

- ¿Qué? - dicen mis amigas al mismo tiempo.

Me vuelvo a sentar y las miro a los ojos.

- Puede que no solo no sepa mi nombre, sino que también puede tener novia, no debe de saber nada de mí, ¡y tampoco le gustó! - mis amigas me abrazan y me consuelan.

Estamos un tiempo así, hasta que la puerta es tocada por alguien.

Me levanto y veo al repartidor de pizza, tome la pizza, y voy por el dinero, al regresar, me encuentro con mi candente vecino, lleva una camisa sin mangas, unos shorts, unos tenis y un sudor que le hacía ver sexy. Él voltea hacia mí, me recorre de pies a cabeza, sus vista se detiene en mis pechos o en mis piernas. Al darse cuenta que lo noté se sonroja y huye a su departamento.

Yo sonrío.

Ahora no podrá huir de mí.

Mi Vecino Del 16-BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora