4. Efectos colaterales de una respuesta

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Mikhail miró de reojo a la rubia alta con piernas exquisitamente hermosas, se preguntó si usaba crema suavizante para tener un tono de piel tan bonito. Negando con la cabeza, sacándose ideas locas de ella, si ahora mismo intentaba deducir a esa mujer lo que se ganaría sería una bofetada. Se lamentó haberla conocido en esas circunstancias. Luego del incidente no la vería más. De todos modos no era que fue esencial y crucial hacerle una propuesta indecente, ya buscaría a una de sus antiguas amantes o en dado caso las actuales o venideras.
La mirada se le desvío hacia el lugar en donde Roger estaba de pie tomándose un café, aunque la palides había desaparecido y su amiga parecía completamente normal, Mikhail sabía que detras de esa máscara de seriedad y superioridad había un Roger preocupado. Se conocía desde la niñez, sus madres habían compartido todo eran mejores amigas y ahora ellos también lo eran, su relación con el tiempo se había fortalecido, y aún más, cuando la muerte de los padres de Roger toco a la puerta de un joven con apenas veinte años. Sabiendo que su amigo estaría bien. se centró en el periódico que habían comprado horas antes.
Paso cada página leyendo por encima y solo deteniéndose en las noticias que a él le parecían interesantes, en su oficina tendría más periódicos esperándolo. Mikhail estaba al pendiente de todas las noticias, tenia la costumbre de leer todos los periódicos de New York, a su correo electrónico llegaba la prensa internacional. Le gustaba estar al tanto de todo. Luego de unos minutos sin encontrar nada interesante, iba a abandonar la lectura en el lento en que las piernas tonificados de la rubia pasaron por delante de él, quiso alzar la vista y recorrerla con la mirada, pero prefirió seguir leyendo.

Se detuvo en una seccion tirulada"Respues de una asesora financiera al Anuncio de Sara Montero"

-Bueno, esto si que es interesante -se acomodó en el mueble de la sala de espera registrándose sobre el respaldo de este y cruzando las piernas, sacudió el periódico para hacer desaparecer cualquier arruga y leer mejor la página.

Iba por el primer párrafo cuando soltó una carcajada tan estruendosa que llamó la atención de más de una persona.

-Perdón-se disculpo, la risa aún burbojeaba en sus ojos.

Pero al terminar de leer toda la columna, la risa de Mikhail había sido reemplazada por el interés y el entusiasmo. Al llegar al pareada donde ella le aconsejaba a Sara Montero sobre los pasos a seguir para capturar a un marido lo había dejado un poco descolocado. Quien iba a pensar que los conocimientos de una rama del sector empresarial se aplicaría en aquellas situaciones, quizás era así como funcionaban las casas fortunas, las mente de las mujeres podrían ser impredecibles y asombrosas como en el caso de la mujer que respondía muy sabiamente al anuncio de la periodista Sara Montero.

-Zoé Löchert -murmuro al leer en voz alta el nombre de la mujer que sin conocer había hecho que su corazón se inquietara.

De pronto una idea de lo más descabeyada empezó a crearse en su mente. Leyendo nuevamente el artículo, escudriñando cada párrafo y todo fue generando formas hasta que la idea se sodifico. Fue como un barco que después de mucho tiempo navegando, decidió tirar el ancla en un puerto. Era momento de cambiar la vigilancia vía satélite y de que sus hackers se llenarán de virus. Utilizaría otra estrategia y estaba estaba seguro funcionaria. Se puso de pie de un salto, la determinación en su semblante.

-Roger, querido amigo -el susodicho lo miró sin expresión en su rostro -, vez buscando un traje para una fiesta formal. Roger enarco una ceja curioso- Recuerda lo que te acabo de decir- lo señalo con el periódico envuelto en un rollo.

La rubia que aún no se dignaba a decirle su nombre lo miró interrogante.

-Señorita -pronuncio con una sonrisa socarrona. El ceño de ella se profundizó y Mikhail quiso acercarse y pasar su mano por el para quitarlo de ese bonito, pero airado rostro- ¿Le gustaría una tasa de té? -pregunto solicito.

Se busca marido millonario | Casando Millonarios #1Where stories live. Discover now