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El mismo lugar, la misma posición y mi linda mesa. Desde el día en el que besé a Jung Jaehyun, bueno... Él no me ha hablado. Ese mismo día únicamente se puso de pie y salió caminando. Me sentí tan avergonzado, tan... Humillado. Pero sobre todo un gran idiota por demostrar (por primera vez en años) mi atracción hacia él.

Lo peor de todo es que lo único que hice también fue regresarme a mis cosas. No intenté explicar nada.

— ¿Y Jaehyun? —pregunta a mi lado Doyoung. Él regularmente observa cómo el menor y yo discutimos por tonterías; entiendo que se le haga extraño el no verlo ahí—. ¿Se cansó de molestarte?

Ojalá fuera eso. Supongo que cuando alguien te besa desprevenidamente es normal dejarlo de lado.

— Yo no sé nada —miento. Realmente no tenía la suficiente cabeza para contar las tonterías en las que me metí. El chico alza una ceja y me pone nervioso.

Él tenía un método muy bueno. Era el observar a alguien de manera seria, interrogando con la mirada. No sería necesario que te dijera algo, porque sus orbes eran de miedo. Gélido y de una manera tan... Te haría hablar en menos de diez minutos. Oh, pero he luchado contra esa técnica suficiente tiempo. Y aunque es difícil evadir su mirada, yo puedo hacerlo solo con voltear con algo que me distraiga lo suficiente.

En este caso, elijo al chico a unos metros de nuestra mesa.

— ¿Estás evadiendo mi mirada? ¡No se vale, Lee!

En realidad estaba más ocupado observando al culpable de mi demacre emocional y sentimental. Claro que sí. Que no dijera, llorara o hiciera actos tristes no significaba que no me sintiera mal. Imaginate esto: te gusta alguien. Tanto que cuando lo ves, tu estómago se mueve increíblemente, sientes ganas de besarle y de decirle que te gusta tanto. De repente lo besas, y lo primero que hace es balbucear "ah, eh... uhm" y ponerse de pie para irse.
  
Jaehyun era el chico más tedioso, hablador y tonto que jamás me hubiera podido topar en la vida. Y como ese jamás abarca mucho tiempo, tuvo que gustarme.

— Jaehyun ya no quiere sentarse aquí, es todo —le sonrío.

Él me mira desconcertado. La mejor mentira es la que no se tarda en inventar. Aunque ni siquiera sabía si yo estaba en lo correcto.

— ¿Qué hiciste? —me pregunta.

Sé que no debo verle. No. No puedo verle. Estoy hipnotizado por él, por su estupidez y por la manera en la que sus labios finos me atrapaban en una nube suave, que me llevaba a sus ojos.

Mierda, estoy delirando.

Agradezco que Doyoung me saque del trance moviendome de lado a lado.

— ¡Taeyong! ¡Él te gusta!

¿Ese espejo no es lindo? ¡LINDO! ¡Como Jaehyun! Estaba delirando grave, quizá el chico entre muchas de tus palabras me lanzó un hechizo. Eso debía ser... Un momento, ¿DOYOUNG DIJO QUÉ?

Le miro con una duda proviniendo de mi. Es decir, ni siquiera yo... Bien. Si sabía qué sucedía conmigo, sabía que las mariposas eran producto de la estúpida manera de ser de Jaehyun, sabía que él estaba comenzando a entrar en mi sistema y a su vez, lo atontaba. Me hacía pensar en él, en el por qué de no ser lo mejor y...

¡Estaba enfermando! Estaba enfermando terriblemente, dejando que sus ojos entraran en mí, junto con su voz retumbando sin permiso alguno.

— ¿Él qué? —casi quiero reírme.

Sé que no debería intentar ocultarlo, pero no es por él. Me avergüenza decir que al chico que por tanto tiempo he dicho odiar, en realidad me gusta de un tamaño...

De un tamaño universal.
 
— ¿Le dijiste que te gustaba? Por eso debe estar asustado —comienza a hacer teorías locas. Casi puedo verle encima sus lentes de lectura y la mano en la barbilla.

— No, ¡yo no le dije que me gusta!
   
A eso se le llama:

Caer con estilo en el juego mental de Kim Doyoung.

Escucho su risita soñadora, esa que odio más que al mismísimo Jaehyun. Me palmea los hombros y me mira directamente. Esos ojos estúpidos que odio porque me hacen soltar la sopa. Intento retener todo en mí, pero él se ríe de mí.

— Lo besaste, ¿no?

Niego. Niego repetidas veces. Él me alza la ceja pero no estoy ni un poco dispuesto a verlo, así que tapo mis ojos con las manos.

— Casi le mete la lengua —escucho la voz dulce de alguien frente de nosotros. Descubro mis ojos y observo a Jungwoo, mirándonos con sinceridad y un inicio de sonrisa.

Quiero matarle porque me iba a ahogar entre las carcajadas de mi amigo y sus futuros "a Taeyong le gusta Jaehyun". Pero en cuanto observo su cara, todo ese enojo, miedo y vergüenza se disuelve. Doyoung me mira y ríe, se acerca a hablar con Kim Jungwoo y le hace una serie larga de preguntas.

— ¿A Jaehyun le gustó? —le pregunta.
  
Bueno... Eso...

— Yo creo que sí.

Algo en mí sube de ánimos. Quizá que viniendo de Jungwoo, eso sonaba tierno. O también puede ser que me agrada la idea de pensar que al chico que me roba el jodido aliento, que a él le gusto.

— ¿Eso crees? —recalca a Jungwoo—. Porque éste chico besa horrible.

Doyoung. Es. Un. Idiota.

— ¿Ustedes se besaron?

Nos miramos y seguido de eso, negamos rápidamente.

— ¿Creen que tenga una oportunidad con él?

— ¿Por qué no le preguntamos? —dice. Hijo de...—. ¡Jae, ven un momento!

 ¡Jae, ven un momento!

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⸺ ¡Cállate! 𖤐 TaejaeTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon