Capítulo 19: De las palabras a los golpes

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Odiaba los hospitales. Nunca traían nada bueno. Ni cuando nacía un niño, el hospital era un lugar para recordar. Se negaba rotundamente a aceptar que sí. Que aquel era el sitio donde todos mejoraban. Claro, visto desde ese punto de vista tan optimista, todo el mundo debería ir allí. Sin embargo, cuanto más tiempo estabas en uno, más grave era aquello por lo que habías venido. Además, aquel infinito pasillo de paredes blancas olía a antiséptico, a pastillas y a enfermos. Se escuchaban susurros, no conversaciones. Los rostros de las personas jamás estaban felices. Jamás. Las sonrisas eran de ánimo, no sinceras. No se podía estar feliz en un hospital. Sobre todo, cuando la persona a la que Louis Weasley quería, llevaba allí más de un mes. En coma.

Chris Nott se había despertado del coma. En el accidente del tren, sufrió una conmoción cerebral que le indujo un coma que había durado hasta aquel momento. Su expresión serena descansaba tranquila. Como si nada hubiese pasado. Como si simplemente hubiese dormido más de la cuenta.

Louis había ido a verle. En Navidad le visitaba todos los días. Quería ver sus ojos al despertar. Saber que estaba bien. Le bastaba con eso. Había despertado hacía una semana. Y los padres de Nott le avisaron aquella mañana. Estaba acostumbrado al rechazo continuo de aquella familia desde que Chris les confesó que estaban juntos. Theodore Nott adoraba a Lucy. Y Louis siempre le había parecido un muchacho demasiado endeble. Nunca lo habían dicho en voz alta, pero el joven Weasley sabía interpretar miradas. No le dolió el hecho de que no le avisasen antes. Theodore Nott, al dar por acabada una clase extra de Defensa Contra las Artes Oscuras, se acercó a Louis y le contó la noticia. El joven se tornó serio. Asintió. Comprendió que aquel hombre le acompañaría. Tenía permiso para salir de Hogwarts con él. Preguntó si Lucy iba a ir y Louis no supo qué decir. ¿Le decía que su prima odiaba a su hijo? Decidió comentárselo a la joven. No obtuvo respuesta. Como siempre.

Estaba esperando en frente de la puerta que escondía a Chris. Sus padres seguramente iban a informarle que habían decidido llamar a su amigo- no le denominaban de otra forma que quizás sonase más adecuada. Quedarían como unos padres tolerantes, aunque lo hacían porque su hijo estaría deseando ver a Louis después de haberlo tenido preocupado durante tantos días. El joven conocía a las enfermeras. Se habían dado cuenta de las tensiones entre el novio del paciente y los padres de este.

Theodore Nott salió de la sala seguido de su esposa. Tenían los ojos llorosos, aun cuando le habían asegurado que su amigo estaba estable y sano. Quizás era por la emoción de poder oír la voz de su hijo de nuevo. Louis no sabía cómo era exactamente aquella familia porque nunca había sido invitado a su gran comedor como lo había sido Lucy un día. No sabía si estaba celoso o simplemente irritado.

Él era el menos Weasley de los Weasley. Nadie pensaba en que los valores de la familia de la Madriguera estuviesen impregnados en él, como lo estaban en los demás miembros. Él era diferente. No era acogedor. No era impulsivo. No era demasiado inteligente. No se dejaba llevar por la pasión. No se preocupaba demasiado por los demás. No tenía ese espíritu familiar Weasley. Sí, era pelirrojo. Pero era más castaño que pelirrojo. Era más individualista que seguidor de: "la unión hace la fuerza". Era egoísta. Demonios, si era Gryffindor era porque no encajaba en ningún otra Casa. No era astuto ni ambicioso. Podría ser celoso y avispado, pero no destacaba en ello. Tampoco era ni excéntrico y para nada sobresalía con sus conocimientos, si es que tenía suficientes. Y no era trabajador ni leal -que se lo preguntasen a Lucy. Podía ser valiente. Sí, eso sí. Podía arriesgar su vida por alguien, en un caso muy extremo. Louis Weasley debería haber ido a Beauxbatons. Encajaría mejor. Encajar, al menos, porque en Hogwarts solo tenía a dos amigos. No hacía más. Y no por su forma de ser. Sino porque no se sentía realmente bien con nadie. Incluso ni con sus hermanas tenía una relación de hermanos. Las quería, pero no tenía con ellas la confianza que Dominique tenía con Victoire o viceversa. Intentaba hacer cosas por ellas, para demostrar que él estaba allí- como hacerle una cabaña a Remus- pero siempre parecía invisible .Por eso siempre había estado con Lucy. Porque era de su edad, su prima, habían crecido juntos y trataba de imitarla en muchos aspectos. Todos creían que tenían personalidades muy parecidas. Lucy lo creía. Pero no era así. Ese parecido era Louis intentando encajar. Y, luego, llegó Nott. Siempre había estado enamorado de él, así que ocultarlo se le daba demasiado bien. No como a Lucy, la primera elegida. Era por su aire misterioso, por su sonrisa retorcida, por su complejidad, por espíritu de liderazgo, por su tenacidad. Lo admiraba. Y al ser su amigo, había comenzado a amarlo. Sí, amar, que sentimiento tan pleno.

La tercera generación IIIWhere stories live. Discover now