Barquisimeto, 19 de septiembre de 2016

8 0 0
                                    

Confié en ti, muchísimo y tal vez por eso también lloré, lloré demasiado. Mi viaje tenía por propósito sellar nuestra distancia, necesitaba curarme de ti, drenar mi dolor y la rabia contra mí misma pero aún lejos ahí estabas, impidiéndomelo. Resulta que sí, me curé, de ambas y me enferme de muerte. La verdad es que no pensaba volver pero necesitaba poner todo en orden esa es la razón de mi regreso, que seguramente no durará mucho. Tal vez parezca una decisión egoísta y quizás lo sea pero la tomé tratando de evitar envenenarme.

Disculpa si aparezco después de tanto tiempo para esto pero lo necesitaba; espero no causarte molestias y sé que tal vez necesitas que te mencione que no todo fue malo. Aprendí algunas cosas a fin de cuenta todas las experiencias nos sirven para crecer de algún modo. Me conocí y desconocí en este tiempo; vi cambiar mi esencia, descubrí quien y como soy en el camino te conocí al menos un poco a ti también.

Cometimos errores resarcibles, supongo y si de lo vivido se aprende no hay reproches, cuentas conmigo siempre, firmo sin adiós ni despedida. Te querré por siempre de una forma especial.

Sin entregarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora