ℭ | ❝Tú y yo brillamos como estrella, Hems, ¿qué te parece?❞
Golden Trio era
The Prisioner of Azkaban - The Deathly Hallows
hermione granger x OC! Female
𝙴𝙻 𝙱𝙾𝙶𝙶𝙰𝚁𝚃 𝙳𝙴𝙻 𝙰𝚁𝙼𝙰𝚁𝙸𝙾 𝚁𝙾𝙿𝙴𝚁𝙾 ❝De todos los miedos el tuyo es el más profundo❞
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Chandler Diggory tenía un limpio expediente en cuantos a sus asignaturas. Alguna que otra vez había llegado tarde a sus clases o había olvidado completar un trabajo, era cierto, pero se esforzaba en se cuidadosa con sus calificaciones. Quería hacer sentir orgullosos a sus papás en cuanto a su historial académico.
Defensa contra las artes oscuras había sido curiosamente su asignatura favorita durante los últimos dos años -incluso cuando el último año las clases del profesor Gilderoy Lockhart habían sido un verdadero fiasco-. Estaba ansiosa por conocer al nuevo profesor que impartiría la materia, quería conocer su forma de enseñar y sobre todo ser del grupo de los favoritos. No temía admitir que le gustaba recibir elogios académicos.
Para la última hora, el profesor Remus Lupin no estaba en el aula cuando llegaron a su primera clase de Defensa Contra las Artes Oscuras. Todos se sentaron, sacaron los libros, las plumas y los pergaminos, y estaban hablando altaneramente cuando el profesor sonrió vagamente y puso su desvencijado maletín en su escritorio.
-Buenas tardes -saludó sonriente, como si dar clase fuera lo mejor del mundo-, ¿podrían, por favor, meter sus libros en la mochila? La lección de hoy será práctica. Solo necesitarán las varitas mágicas.
Chandler sonrió abiertamente al verlo, su aspecto algo desalineado le recordaba a su padre Lawrence. Tomó sus libros y los metió nuevamente en la mochila para luego sacar su varita del bolsillo de la túnica. -Las clases de práctica deben ser geniales -Murmuró hacía Félix quien asintió de acuerdo.
Nunca habían tenido una clase de práctica de DCAO, a menos que contara la memorable clase del años anterior, en que el antiguo profesor había llevado una jaula con duendecillos y los había soltado en clase para luego huir. Hermione Granger, por su puesto, les había salvado el día. -Bien, síganme por favor. -Exclamó Lupin al ver que todos estaban listos.
Desconcertados, pero con interés, los alumnos se pusieron de pie y salieron del aula con el profesor Lupin. Este los condujo a lo largo del desierto corredor. Doblaron en una esquina, al primero que vieron fue a Peeves, el poltergeist de la escuela. Estaba florando boca a abajo en medio del aire y tapaba con chicle el ojo de una cerradura.
Peeves no levantó la mirada hasta que el profesor Lupin estuvo a medio metro, entonces sacudió los pies de dedos retorcidos y se puso a cantar una monótona canción. ─Locatis lunático Lupin, Locatis lunático Lupin, Locatis lunático Lupin.
Aunque casi siempre era desobediente y maleducado, Peeves solía tener algún respeto por los profesores. Todos miraron de inmediato al profesor Lupin para ver como se lo tomaría, ante su sorpresa, el mencionado seguía sonriendo. -Yo en tu lugar quitaría ese chicle de la cerradura, Peeves -comentó amablemente-. El señor Filch no podrá entrar a por sus escobas.
