𝗣𝗔𝗥𝗧-𝗧𝗜𝗠𝗘 𝗕𝗢𝗬𝗙𝗥𝗜𝗘𝗡𝗗 ✧ lee know

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Ella en serio es perfecta, él lo es y su hija también. ¿No son la familia perfecta?

La infancia de Yeji había estado rodeada de cosas similares a ella.

Míralos, teniendo tanto dinero y viviendo en una casa humilde en un vecindario como este. Definitivamente las mejores personas.

Una pequeña Yeji sonreía por el camino de rosa que aquellas palabras habían pintado para ella.

Tengo a los mejores papás del mundo; pensaba.

Sin embargo, a los niños no se les puede mentir por mucho.

Yeji jamás creyó en Santa Claus ni en el hada de los dientes. Cuando ella pedía algo sus padres se lo daban sin decir más. Una niña consentida, de seguro.

Pero Yeji no lo era.

Ella oía de sus compañeros de la escuela lo difícil que era recibir dinero de sus padres. Y cuando ella lo intentaba, se lo daban. Aunque de todos modos ella no lo usaba, los guardaba en una alcancía que de a poco se llenaba. Comprendió que su familia era diferente y comenzó a analizar sus acciones.

¿Quién es Santa Claus?

Debes estar bromeando, ¿nunca ha ido a dejarte un regalo?

Cuando le dijeron que Santa no le daba regalo a los niños malos fue directo a casa a preguntarle a su mamá.

¿Soy mala?

Ella estaba en el teléfono y le hizo señas de contestarle luego. Pero nunca lo hizo.

Mamá no me deja salir de casa, tiene miedo de que algo me pase si voy sola; se quejó una de sus compañeras.

Al salir del colegio se dirigió a la habitación de su madre quien tecleaba en la laptop sobre sus piernas.

Mamá, ¿puedo ir a la calle?

La mujer simplemente asintió mientras contestaba una llamada importante. Yeji frunció el ceño.

Iré a una secta satánica para ver si es que es posible ser poseída por un demonio.

Haz lo que quieras, no me molestes.

Su madre frunció el ceño y la corrió de su cuarto.

Papá, iré a un club de boxeo para aprender a golpear a alguien hasta la muerte. Ya no aguanto a la maestra.

Su padre ni siquiera le dirigió una mirada y siguió leyendo un correo.

Salió bufando de su casa y se sentó en la escalera de la acera. Sus ojitos se aguaron y apretó los labios tratando de retener el llanto.

¿Qué te ocurre?

Un niño de cabellos marrones le preguntó sentándose a su lado.

¿Quién eres?

Vivo al frente. Suelo ver por la ventana que andas triste. ¿Puedo ayudar en algo?

Yeji lo miró en silencio antes de decir:

¿Cómo te llamas?

Soy Minho.

Yeji.

¿Te sucede algo, Yeji?

Creo que mis papás no me quieren.

No, imposible. Los padres aman a sus hijos y eso los hace super.

Pero ni se preocupan por mí.

Minho se puso pensativo.

Oh, tengo una teoría. A veces les hablo a mis papás pero ellos como están ocupados no me contestan. Pero eso no significa que no me amen, solo están muy ocupados.