16 | Girasol

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Aquel beso era aquello que había deseado desde aquel momento que nuestras miradas se encontraron por primera vez.
Nos separamos a la falta de aire, mire sus hermosos ojos azules como el océano. Todo el mundo había desaparecido y eramos solo él y yo.

«Carlos, Carlos , Carlos » aquel ojiverde aparecía en mis pensamientos, me sentia jodidamente mal. Me iba a casar tan solo en un mes ¿Que demonios me estaba pasando?

—Maca, yo—lo interrumpí

—Tranquilo —aclaro su garganta —Creo que es hora de ir nos. Es tarde —mire mi reloj y eran las 11 de la noche.

—Sí tenés razón. Vamos —ambos caminamos en dirección al estacionamiento de la feria. Íbamos callados eran los minutos más largos de mi vida. Llegamos y subimos la camioneta al igual que antes permanecíamos en silencio.
Fueron los minutos más largos de mi vida; en todo ese momento no dejaba de pensar en aquel beso, la sensación y la emoción no la había sentido ni siquiera con Carlos ¿Qué estaba pasando?.

Llegamos al departamento y subimos por el ascensor, paramos y salimos de el, Santiago tomo las llaves y abrió la puerta haciéndose aun lado

—Pasa—contesto sin mas entre.

—Iré a dormir. Estoy muerta del cansancio —dije para voltear a verlo.

—Sí, descansa. —el dio apenas y una ligera sonrisa .

Si estábamos incómodos el uno al otro, que había pasado ¿Santiago también lo había sentido?.

—Igual tu buenas noches—respondi y me metí a la habitación. Me senté sobre la cama y mire mi anillo sobre mi dedo.

«De verdad quieres casarte con Carlos?» —dije para mi misma.
Mire aun lado sobre la mesita de noche donde había fotografía mía junto con Carlos. Sí lo quería pero por qué no podía amarlo? Él era muy respetuoso, caballeroso y amoroso, era el chico perfecto para cualquier chica.

se acostó mirando el techo,colocaba sus dedos sobre su boca, pensando una y otra vez...sí estaba enamorada de Santiago Linares, quien iba pensarlo que solo era cuestión de días para estar pérfidamente enamorada de aquel ojiazul. Mientras en otra habitación de aquel departamento estaba un ojiazul mirando el techo, acariciando sus labios. Pensando en todo lo que había pasado ese día y también en su mejor amigo, él le había confiado a su novia y apenas unas horas  y ya le había fallado ¿Por qué tenia que ser así? ¿Por que tenia que enamorase de la futura esposa de su mejor amigo?.

La noche había pasado lenta para aquellos dos jóvenes, que sólo los dividían las paredes. La primera en despertar fue Macarena quien tomaba un baño relajante. Tenia miedo de ver nuevamente a Santiago, pero tenia que hacerlo y enfrentar lo de ayer.

. . .

Escuchaba el ruido del agua caer, sabia que Maca estaba duchándose, camine a la cocina para comenzar a hacer el desayuno, no había dormido bien pensando en lo ocurrido de ayer pero tenia que decirle y disculparme.
Al terminar coloque los platos ya servidos sobre la mesa, pasaron unos cuantos minutos cuando apareció ella con una ligera sonrisa llevaba puesto un short negro junto con una playera grande color rojo.

—Buenos días —saludo mientras tomaba asiento

—Buenos días Maca.

—Huele delicioso —dijo sonriente

—Gracias—sonrei y me senté frente de ella; comenzábamos a comer, se sentía un pesado silencio incomodo —Maca, y-yo bueno lo que paso ayer ...

—Tranquilo Santiago, sólo paso y listo...—dijo sin levantar la vista del plato —Dejemoslo atrás...

—Sí, tenés razón —aplano sus labios con un fingida sonrisa y terminaba su desayuno —¿Quieres salir algún lado hoy?

Yo quiero a la noviaWhere stories live. Discover now