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Capítulo diez.

"Más tarde hablaremos"

El silencio se hiso presente en la oficina de el capitán, el cuál intercambiaba fugaces miradas con la ojinegra, sin siquiera pronunciar una sola palabra. Ninguno de los dos sabía que fue lo que exactamente ocurrió el día anterior y por eso mismo, ninguno se atrevía hablar al respecto.

Para sorpresa de ambos, fueron interrumpidos por los escandalosos gritos de la sub-capitana.

— ¡Que tal enanin, quería decirte que- — enmudecio de golpe al notar la evidente tensión entre ambos.

El ojigris dirigió su atención de inmediato a la castaña.

—¿Ahora qué?¿No se supone que estabas agonizando en tu pocilga?— cuestionó curioso.

—La verdad mejoré hace 6 horas.— comentó sonriente, —Además, venía decirte que dentro de unos días, debermos de ir con el rey.— murmuró lo último. Algo que tenía en claro, era el profundo desagrado de el pelinegro y por supuesto no quería que ocurriese lo mismo de la última vez.

—Tch— chasquio la lengua con desagrado, —¿Y tú ackerman, que era lo que querías?— añadió lo último expectante.

—Bueno, el capitán Erwin me mandó a entregarle estos papeles—Respondió firmemente para luego dejar sobre el escritorio los documentos.

—Bien, puedes retirarte y tú también cuatro ojos.

Ambas chicas se retiraron dejando completamente solo al pelinegro, quien se limitó a revisar los papeles en un sepulcral silencio.

...........

La ojinegra se volteó dispuesta a marcharse lo más rápido posible a su habitación pero fue detenida por las palabras de la castaña:

—Ocurrió algo más aparte de que lo alzaras en los aires ¿Verdad?— inquirió sonriente.

La pelinegra se mantuvo inmóvil ¿Acaso ella los había visto?

—¡Aja! Si, tengo razón ¿verdad?—exclamó señalandola con el dedo índice acusatoria.

Mikasa se veía atrapada y acorralada por el descubrimiento de hange. ¿Cómo era posible que esa loca resultaba ser tan lista?

—Oi mikasa.— le llamó cierto ojiesmeralda, interrumpiendo la conversación.

La ojinegra parecía estar demasiado feliz de verle. Era la primera vez que se alegraba tanto por ser interrumpida.

—¿Que sucede eren?— preguntó con inquietud.

—¡Hey mikasa!—Chilló la castaña.

—Necesito pedirte un enorme favor.

—Claro, dime—Aceptó sin dudarlo.

—¿Podrías decirle al capitán levi que ya terminé?—Preguntó medio nervioso.

La ojinegra quedó hecha piedra ante sus palabras, ¿Como demonios tenía tan mala suerte?¿Es que el mundo se habia vuelto en su contra? Acababa de escapar de el infiero ¿Y ahora tenía que volver a esa sepulcral oficina?

—sé que es raro pero el capitán estuvo más molesto que de costumbre y siempre que me ve, me manda por una extraña razón a limpiar o correr—Habló por lo bajo.

Mikasa se tragó todo su miedo gracias a su hermano. Hoy tenía la oportunidad de hacerle un favor y no lo desperdiciaria.

—Cla-Claro Eren, no hay problema—Habló fingiendo una sonrisa.

—Bueno, entonces cuento contigo—
Finalizó el castaño hasta marcharse a paso rápido.

La ojinegra se devolvió, así olvidandose por completo de la castaña, quien estaba en un rincón con una aura depresiva.

✓⛅ ᴀɢʀɪᴅᴜʟᴄᴇ.⛅[Rɪᴠᴀᴍɪᴋᴀ]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora