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Bienvenidos a la grieta del invocador. —la voz del presentador resuena a lo largo y ancho del mapa, Aphelios opta por empezar con una espada de doran más una poción de vida, inicia su camino al carril inferior junto a su soporte, quién para su suerte, es Sett. Realmente no entendía cuál era la afición de los jugadores por llevar campeones que no eran soportes como soportes precisamente, si bien rendía al fin y al cabo no estaban hechos para esa posición. Además de que Sett no dejaba de hablar ni por un segundo, eran pareja, Aphelios lo amaba demasiado pero su actitud arrogante podía llegar a cansar si se encontraba en un mal día.— Treinta segundos para los súbditos.

— Sett, no te compraste el item de soporte correcto. —con algo de enojo lo regañaba el lunari viendo como el vastaya ponía un rostro inexpresivo y dejaba a la vista un gesto de Sona agarrandose del cabello; mientras Kayn, el jungla, se reía de su torpe error Sett volvía a base para vender la Daga de hechicero que había comprado, no le alcanzaba para Hombreras de acero por lo que tuvo que conformarse con una centinela de control y una poción más de vida. Los súbditos ya habían llegado a linea y Aphelios llegaba con el tiempo justo para farmear los primeros tres de la oleada con su espada de piedra lunar, Caitlyn del lado contrario los farmeaba de lleno con una Q que el lunari llegó a esquivar. La partida iba bastante tranquila, Aphelios iba cinco minions arriba de la Sheriff de Piltover y Sett mantenía una buena presión para que no pudiera casi farmear, aunque Lulu le quitaba un poco de vida de vez en cuando, ni siquiera había notado que Aphelios no utilizaba calibrum, crescendum o cualquiera de las tantas armas que le brindaba su hermana. Kayn decidió esperar en el bush cerca de la torre aliada para poder gankear bot, por lo que Aphelios comenzó a dar solo el último golpe hasta que estuvieran lo suficientemente alejadas de su torre.—

— ¡Ahora, bésense! —gritó con entusiasmo el vastaya mientras atraía a Caitlyn y Lulu hacía él, Kayn activó su E automáticamente atravesando el muro detrás de ellas y prosiguió a alcanzarlas con su W, levantándolas en el aire, el disparo de la torre se centró en el soporte, terminando en una doble kill para el jungla. Buen trabajo había dicho antes de irse a hacer los golems, Sett miró con confusión a Aphelios.— ¿Por qué no las atacaste? ¿Estabas alejado del teclado o algo así?

— No tengo la esencia de la noctum, no puedo comunicarme con Alune. —suspiró pesadamente ante el error que había cometido y se cruzó de brazos, podía haber hecho algo de daño con su espada vieja pero no quería arriesgarse, se había perdido dos asistencias. Farmeó un poco más hasta conseguir el oro suficiente para pedir un encargo a través de los campeones, a Zoe específicamente, rogó porque no se tardara demasiado en mandarle su pedido.— Bueno, realmente no puedo hacer demasiado ahora, sólo voy a mantenerme farmeando.

— ¿Tardan unos cuantos minutos en hacer este tipo de pedidos, verdad? Tengo una idea. —Era así, hace muy poco que se había agregado esta opción de pedir un envío de lo que necesitasen en la partida si estaba dentro de las normas y podía ser ejecutado, muchas veces los campeones se olvidaban sus armas o accesorios necesarios por despiste u hostigamiento de participar en tantas partidas al día, pero debían dar oro a cambio. Por lo que perdían la posibilidad de comprar items en esa ronda, tenían que ser precavidos. Aphelios se golpeaba mentalmente por haberse olvidado la esencia de noctum y ahora por culpa de ello con una sonrisa juguetona Sett lo tomaba de las caderas y lo llevaba hasta uno de los arbustos cerca del monstruo azul enemigo, no entendía por qué.— 

— ¿Qué estás planeando? Estamos en medio de una part..—sus palabras fueron calladas por los labios del vastaya, quién con una sola mano lo dio vuelta de manera que su espalda quedara contra su pecho, apoyó todo su cuerpo contra el del lunari acorralándolo contra la pared, intentó alejarse una vez más pero fue en vano. La mano traviesa de su acompañante ya se encontraba bajando su pantalón, haciendo que una fresca brisa rozara las pálidas piernas de Aphelios. Su piel se puso de gallina, el clima en ese sitio no se sentía muy acogedor, aunque su cuerpo se mantenía cálido gracias al beso desesperado que mantenía con Sett. Mentiría si dijera que ser besado por el vastaya no le provocaba nada y es que ambos sabían que no era así, llevaban ya un buen tiempo de su relación y el cuerpo de Aphelios seguía reaccionando de igual forma como la primera vez que tuvieron un roce sexual, quizá era la habilidad y experiencia que el vastaya tenía lo que lo hacía sentir que caía en una fosa llena de placer y deleite ante su tacto, al cuál se entregaba por completo. Unos treinta segundos pasaron hasta que Sett dejó descansar los labios, bastante rojos ya, de Aphelios para dirigir sus besos al cuello de este. Un pequeño hilo de saliva recorrió la comisura de los labios del lunari.— I-Idiota, alguien puede vernos.

naughty. ─ sett x aphelios. settpheliosWhere stories live. Discover now