Más de lo que conocían // One Shot Chlolila

Más de lo que conocían

Y realmente ella no sabía cómo había llegado a esa situación, como por azares del destino se encontraba en la cama de la misma chica castaña que la conquistó en aquel club.

Lo único que podía recordar era alcohol y más alcohol, estúpida, siempre supo que las bebidas la orillaban a hacer cosas inimaginables y aun así pasó toda la noche emborrachándose.

Chloe Bourgeois revolvió su rubia cabellera antes de levantarse al sanitario, cubrió su desnudo y delicado cuerpo con la primera manta que encontró, realmente rogaba por no haber hecho otra tontería, porque vamos: acostarte con la chica más deseada del bar sin siquiera saber su nombre era una inmensa tontería.

— ¿Ya te vas linda?— se removió en la cama aquella joven que debilitaba por completo a la diva parisina, por primera vez había escuchado su voz estando en sus 5 sentidos, tan embriagante. —Lo sabía, no tenía que ilusionarme tanto con la inalcanzable Bourgeois— también se levantó dejando al descubierto su moreno y tonificado cuerpo sin ropa alguna encima caminando hacía la rubia que parecía caer rendida ante ella.

Y sin avisar se apoderó de sus labios con un corto beso que tomó por sorpresa a la Bourgeois. —Al menos te hice mía una noche, Queen B— comenzó a recoger las prendas esparcidas por el suelo dejando pasmada a Chloe, pasó su dedo por sus delgados labios.

— ¿Cómo sabes que soy Queen B?— comentó con un rostro cubierto de rubor.

—Se muchas cosas sobre ti— confesó tan confiada de si al colocarse el sujetador con lentitud, pasando sus dedos sobre el brazo con sensualidad sabiendo que de ese modo provocaba a la rubia.

Era como un zorro acechando a su presa.

—Mientes— Chloe retrocedió con incredulidad, se sentía amenzada por alguien sumamente hermosa, realmente algo debía estar mal en todo aquel lío.

—Siempre has creído que soy una mentirosa— volvió a avanzar hacia la de iris azuladas de manera retadora.

Chloe quería preguntar el porqué de ese "siempre" pero la castaña colocó la yema de su dedo sobre sus labios.

— Sé que tuviste un pequeño enamoramiento con ladybug, sé que tu primera vez fue con Adrien Agreste debido a tu problema con el alcohol, razón por la cual odias sobrepasarte con la bebida— comenzó a enumerar acorralándola contra la pared, una aún desnuda, la otra con una blusa encima. —Sé que sólo en los clubs a veces liberas tu sentir, mediante los movimientos con los cuales lograste volver a tenerme a tus pies y también sé que odiabas mucho a una chica italiana de intercambio cuando tenías 14 porque sentías que te robaba la atención que merecías—

Lanzó una carcajada rompiendo la tensión —sexual— que se había creado entre las dos nuevamente, dejando nuevamente con una enorme confusión —y ganas— a la abeja reina.

— ¿Sabes que es lo mejor? Que anoche tuviste sexo con esa chica italiana que tanto odiabas—

Y así el nombre de Lila Rossi comenzó a resonar en la cabeza de Chloe Bourgeois.

Una y otra vez sin parar, atacando por donde menos lo esperó. Y sí, a la vez rememorando que ese "odio" era más una atracción, a Chloe Bourgeois le había atraído la mentirosa de Lila Rossi, y prefirió callarlo.

Pero el destino se burló en su cara.

—Entonces sólo sigues siendo una mentirosa— soltó fingiendo confianza para proteger su ego, no podía darse el lujo de caer ante ella una vez más.

—Entonces mi mejor mentira ha sido el creer que estoy locamente enamorada de Chloe Bourgeois— y perdió ante los encantos de la italiana.

— ¿Tú me amas?—

— ¿Por qué crees en eso? Dije que era una mentira—

—Pregunté, ¿Tú me amas?— arremetió contra la blusa de Lila, aferrándose a ella ocultando su rostro, la de orbes verdosas comenzó a pasar su mano por las hebras de dorado cabello, tan sedoso y brillante.

— ¿Crees que sabría tanto de alguien que no me interesará?— dirigió su mano derecha al mentón de la rubia para levantarlo hacia ella. —Siempre me has gustado, ¿Qué hiciste conmigo Chloe?—

Y sin previo aviso la que atacó ahora con cariños fue Chloe a la morena, con lágrimas en los ojos de felicidad, porque sabía que esas palabras eran reales, porque por primera vez alguien la amaba por lo que en verdad era.

Y así al desnudo liberaron las dos jóvenes adultas su cariño bajo las blancas sábanas.

Porque aquel sentimiento conocido como amor era más de lo que conocían