Estado fatal

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La policía había llegado y me puse nervioso, mi rodilla empezó a moverse rápidamente por lo estresado que estaba.

-joven ¿nos puede acompañar? -me dijo uno de los oficiales, tenia que hacer caso, tuve que ir con ellos.

-disculpe me puede decir ¿cual es la relación que tiene con la victima? -ahora me hablo un hombre alto con aura de superioridad, seguro era el policía malo.

-soy su amigo -dije mirando a un lado.

-¿me puede decir su nombre y edad? -el segundo hombre mas calmado tomaba nota en una libreta.

-Erick, tengo 23 años -mis manos sudaban por la presión que estaba teniendo.

Algunas preguntas más y tenían todo lo que buscaban, quería que todo esto acabe, pero se que eso no iba suceder.

Toda la noche me quede en el hospital con Sebastián, no tenían sus datos de él y no daría ninguna información.

En la mañana nuevamente los oficiales me visitaron en el hospital esta vez quería que hable por lo que habíamos pasado, no era bueno en contar alguna mentirá.

-estábamos en una fiesta, nos hicimos amigos en ese mismo instante. Él me dijo que su nombre era Sebastián eso era todo, bebimos con sus amigos que no me acuerdo sus nombres, el primero tenía una playera color café con pantalones negros, sus zapatos eran tenis del mismo color, él segundo estaba con una camisa blanca y unos pantalones de color azul marino, zapatos blancos. En la fiesta todo estaba yendo bien, hasta las dos de la mañana cuándo ya teníamos que irnos, él se ofreció en llevarme en su auto así que acepte.

Nos separamos de sus amigos en la parada numero quince, a unos cuantos kilómetros de la avenida treinta y tres unos sujetos en un auto nos siguieron, al instante nos dimos cuenta de eso, Sebastián quería perderlos, pero no pudo, con tal que nos metíamos en una carretera un poco alejada, en eso, un auto se choco con nosotros justo en frente del conductor, fui él único que estaba consciente y llamé a la ambulancia cuándo vi él estado de Sebastián y nos trajeron aquí.

-describa los autos para poder dar con ellos.

-el primero era blanco que yo recuerde, marca Mercedes Benz y él segundo quizás sea una camioneta roja grande marca Skoda.

-muy bien estaremos en contacto con usted, cualquier cosa que recuerde me lo hace saber.

Me entrego una tarjeta con su numero de celular, lo acepte y los dos oficiales se retiraron. Fui nuevamente a la habitación de Sebastián, tome un poco de aire y en eso un fuerte sonido sale del aparato que tenía él, me puse nervioso.

-¡enfermera!

Vinieron en seguida, me dicen que salga de la habitación, en eso lo hago, aunque no creía en dios, pido fuertemente que no le pase nada.

Solo pasaron unos cuantos minutos y eran eternos, ¿que era lo que pasaba? No lo entendía, porque nadie venia y me decía algo. En eso sale la enfermera, se acerca a mi algo nerviosa, esperaba algo bueno de todo esto o eso quería creer.

-lo sentimos joven, él paciente no resistió y tuvo un paro cardiaco, falleció.

Me quede congelado, algo que no podía creer, no era cierto que Sebastián me había dejado, había una persona más en mi vida que se va por mi culpa.

-¿puedo verlo?

-claro.

Los doctores se habían ido de la sala y ahora era yo solo con el cuerpo de mi novio, de la persona que me salvo de muchas cosas en la vida y ahora se había ido por mi culpa. Nuevamente la persona que mas amo en el mundo me deja solo.

-perdóname en meterte en todo esto -me acerque a él, tomando su mano con delicadeza queriendo que no se fuera de mi lado, pero ya era tarde, no podía hacer nada -discúlpame, por favor -mis lágrimas cayeron una por una -nunca quería que esto suceda. Quiero que estés a mi lado para siempre, quédate conmigo Sebastián, te amo, enserio te amo.

Los minutos pasaron, estaba seguro que no volvería, aunque pidiera a todos los dioses, no volverá a mi. Tomé mis cosas y antes de abandonar la habitación le di un cálido beso en los labios y la frente.

Salí del hospital con los ojos aun llorando, las personas me miraban, pero no me importó, nadie sabia el dolor que tenía en mi corazón en estos momentos. Tome un taxi y le di una dirección al chofer, pagaría lo que sea, tendría que ir no importa que pasaba, tenia que decirle lo que paso a esa persona, los detalles de la situación, las razones por que faltamos estos días.

Llegando al lugar, fui cauteloso en entrar al edificio donde vivía, no había nadie sospechoso, entre deprisa sin saludar al recepcionista como siempre lo hacia, subiendo hasta el tercer piso con mucho miedo al entrar a mi propia casa.

-tranquilo solo tienes que decirle las cosas como pasaron.

Me animé a entrar y di un fuerte respiro, las cosas estaban en su lugar como siempre, entre mas adentro del apartamento, los recuerdo venían a mi mente de Sebastián, aun no lo podía aceptar, en eso la vi, estaba sentada en el sillón de la pequeña sala.

-Andrea estoy aquí.

Fui a ella rodeándola para verla de frente, estaba sería y no me miraba, me incomodo el silencio que se estaba tornando en el lugar.

-¿No está contigo Sebastián?

-no, lo siento, quería decirte lo que paso. Yo no pude...

-lo se, se que fallaste, estaba segura que paso algo malo porque no llegaban en estos días.

-todo fue una trampa y-

-¡no quiero tus escusas! -alzo la voz.

-Andrea...

Unos hombres salieron de un lugar que no me di cuenta, algo andaba mal, ¿por qué ellos estaban aquí?

-era mi preciado hermano.

-¡era mi novio! -grite exaltado por lo que había dicho, se que era mi culpa, pero igual estaba sufriendo por su perdida.

-lo siento -se levando y se acerco a mi dándome un abrazo, algo que no correspondí, al soltarme se alejo yendo a otra habitación.

-Andrea espera...

Un fuerte disparo en el pecho de uno de los tipos en la sala me llego, no sabía que pasaba en eso caí de rodillas y uno de ellos se acerco.

-amigo sólo son ordenes, perdónala está herida.

Con esas palabras un zumbido muy fuerte se escuchó y nada más.

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⏰ Last updated: Jul 21, 2020 ⏰

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Un suspiro de amorWhere stories live. Discover now