𝙃𝙚𝙩𝙚𝙧𝙤𝙨𝙚𝙭𝙪𝙖𝙡. ᵛᵒˡᵏᵃᶜⁱᵒ

𝟳

En cuanto despertaron ambos sonrieron, parecían una pareja, como lo fueron alguna vez el de cresta y el ruso.

Se alistaron para poder salir, estando cerca de la puerta el doctor cedió el paso a él subinspector.

Salieron del hogar de Horacio y en ello se dirigieron al elevador, para poder ir al estacionamiento, de allí poder partir al trabajo de cada uno.

Horacio tenía un corazón enorme, por lo que le dijo a Claudio que podía llevarse su auto solo por ese día. Después de todo el siempre estaba en patrullas.

Cuando llegaron a comisaría Horacio ya era Dan, tenía puesta su capucha, ambos bajaron del coche para poderse despedir.

Se dieron un abrazo y Claudio subió su mano para poder acariciar la mejilla del chico de cresta por sobre la tela de la capucha.

Estaban tan metidos en su mundo que no vieron como un comisario les observaba de lejos con los puños tan apretados.

Sabía de sobra ahora quien era Dan, era su niño, suyo, aunque ahora lo estuviese tocando un hombre que no le correspondía de nada.

Aunque era doble moral, puesto que el nunca quería que los viesen dándose muestras de afecto en público.

El chico con la cara tatuada de calavera subió al auto llevandoselo, seguido pudo observar como Dan se introducía en comisaría para entrar en servicio.

Ahora tenía un nuevo dilema. ¿Como enamorarlo?

Ya lo había hecho una vez, pero había sido todo tan natural, ahora era diferente.

Es que joder como lograrlo, ¿cómo volver a conquistar a alguien a quien literalmente le viste la cara de idiota por tanto tiempo?

Pero aún peor, como pudiste verle la cara si tanto lo amas, si tanto entrego esa persona por ti.

Definitivamente era un idiota, el más grande, lo pudo confirmar desde el primer momento, en que su corazón se apretujo por no tener al héroe de la ciudad junto a él.

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Trataba de no distraerse cada que oía esa dulce voz por radio, no comprendía como es que no lo había notado como antes.

Era cuando solía recordar como se quedaban hablando hasta tarde, como buscaban respuestas a las preguntas más tontas.

-¿En qué tanto piensas capullo?-su superior había estado algo distante a él.

Lo comprendía Horacio era como su hijo, incluso le costaba asimilar como es que Conway no le había reclamado nada por lo que había pasado.

-Conway, ¿Horacio...?-No pudo terminar de formular su pregunta cuando el superintendente soltó un suspiro pesado.

-No creo que quieras hablar conmigo de él, amenos que quieras una bala entre ceja y ceja, anormal-Jack veía a Horacio como a su pequeño, pero también le tenía mucho aprecio a Viktor.

No quería tener que hablar sobre ello, más que nada por que era un problema que debían resolver entre ellos, se suponia que eran personas adultas ya.

Como tantas veces había hecho antes, Volkov apago el micrófono y la cámara del patrulla.-Se que Dan es Horacio-

Lo dijo así, sin más, su superior parecía sorprendido sin embargo no lo demostró mucho.

No dijo nada por lo que lo tomó como una invitación a seguir.

-Estaba en el hospital, buscando un EMS para los oficiales y lo vi, no tenía ninguna capucha pero...-Se quedó callado al recordar el beso entre el doctor y su niño.

También a su mente regresaron los recuerdos de la mañana, ambos tan melosos frente a comisaría.

-¿Pero qué?-Conway tampoco era una persona tan paciente que digamos-Vamos, dime rápido super nena.

Viktor soltó un pesado suspiró.-Lo encontré besándose con el doctor ese con la cara de calavera-Incluso referirse a él le daba tanta rabia, no podía más.

Conway tampoco sabía que decirle, definitivamente el ruso parecía seguir enamorado de aquel chico que sentía como su hijo, pero no quería que lo volviera a dañar.

No quería sentir la preocupación que siente un padre cuando a tu hijo le rompen el corazón tanto que incluso tu te sientes sofocado y angustiado por no poder ayudarle.

-Volkov, cuando yo te pedí que encontrarás a alguien con quien pasar tu vida, jamás imagine que sería con Horacio-Debía ser sincero si quería dar un buen consejo.

Aunque también Viktor debía entender que ahora sólo se comportaba como un padre tratando de proteger a su hijo de todo el dolor que pudiese provocarle.

-Confíe en que lo cuidarias y le harías feliz, pero lo único que hiciste fue provocarle miseria-Su tono se había vuelto duro y aquello provocó que Volkov bajase la cabeza.

Nuevamente sentía su corazón estrujarse, por que sabía que era cierto, que había dejado ir a la luz de esos ojos.

-Horacio, ahora mismo se encuentra de puta madre y sinceramente no se si puedas volver a conquistarle-Notaba a Horacio mucho mejor, más alegre, más lleno de vida. -No estoy seguro de si quiera volver contigo, aun sabiendo que ahora puede tener cosas más importantes.

Aunque a Conway no le agradará ese doctor con la cara tatuada, si hacía feliz a su hijo estaba bien.

Ningún padre quiere ver a su hijo mal, menos por una estúpida persona que no supo valorar lo que tenía en frente.

-Si quieres puedes intentar enamorarlo-Aclaró Conway pero de pronto freno el patrulla y se giro mirando a Volkov por detrás de esos cristales oscuros que tenía en su cara.

-Pero vuelve a hacerlo llorar, a hacerle sentir la más mínima infelicidad y tu vida se va a tomar por culo-Y justo ahí era cuando salía el papá protector que llevaba dentro.

Volkov solo asintió algo asustado, tenía todo hecho un lío.

¿Debía arriesgarse? ¿Debía ser ahora el quien diera los pasos correctos para volver a enamorar a su héroe?

Joder qué debía ser tonto si no lo hiciera, lo mínimo que merecía Horacio, era que el comisarío comenzará a darle todo lo que el entregó durante su relación.

Pero no sería tan fácil, Horacio ya no era tan tonto, si, seguía siendo soñador, pero ya no era aquel chico enamoradizo, que alguna vez cautivo el corazón de Volkov.

Todos cambian con el tiempo y Horacio no había sido la excepción.

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Descripción gráfica del capítulo:

Los amo soles, tengan un buen día, nos vemos en el próximo capítulo <3