Y para que te acuerdes

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Narra Miriam

G: siéntese

M: pasa algo capitana?

G: me gustaría saber cómo estás llevando el caso?

M: bueno, bien

G: inspectora -dijo tras un profundo suspiro

M: dígame

G: sabes que la conozco demasiado bien

M: lo sé

G: te veo en la mirada tu ansia por detener a ese cabron. Mira, te voy a ser muy clara, yo también me sé los archivos de tu madre de principio a fin. Sé que tan siquiera la mitad que tú, pero yo tampoco cerré nunca ese caso. Aún recuerdo cuando te conocí, mirando esos archivos, cuando aún eras una poli de calle. Te habías colado, con una linterna para estudiar el caso de tu madre. En ese momento supe que serías la mejor inspectora de la comisaría y que nada te iba a parar a la hora de resolverlo, pero necesito que tengas cuidado.

M: galera, se que también te importa este caso, pero, hay algo que yo no sepa?

G: no se, no lo creo, pero se que es gente peligrosa por lo que he visto.

M: si, eso parece

G: tenga cuidado, ahora, vete a casa.

M: como?

G: eso, que se vaya a casa, se de un baño para relajarse y vuelva, ese interrogatorio ha sido duro

M: le tomaré la palabra.

Salgo del despacho y ante la mirada interrogante del agente López cojo mi chaqueta.

P: dónde vas? Que ha pasado?

M: nada, esta todo bien, voy a relajarme

P: quieres que te acompañe?

M: no, quiero estar sola

P: vale, adios

Llego a casa, me quito la chaqueta y dejo que la bañera se llene de agua caliente, pero suena el timbre.
Paro el grifo, me ato mi batín y me dispongo a abrir la puerta a lo que parece ser un repartidor.

?: señorita Rodríguez?

M: si, soy yo

?: esto es para ti

Cojo la caja y la dejo en la mesa, para después darle las gracias y darme la vuelta, pero antes de cerrar la puerta el supuesto repartidor consigue darme una patada que me hace caer al suelo.

M: quien eres?

?: eso no es asunto tuyo, no deberías meterte en lo que te estás metiendo, tengo cuidado inspectora

M: no voy a parar hasta encontraros

? Bueno, esto es solo un aviso, y bueno para que te acuerdes.

Agarro mi muñeca y por mucho que yo intentase consiguió hacerme un corte que me hizo sangrar, tras ello se fue.

Un asesino especial Where stories live. Discover now