|18|

75 8 5
                                    

|Pequeña caprichosa|

.
.
.

Mi primer día en Grace's fue algo alocado, divertido. Los gemelos a pesar de tener veinte años se comportaban de forma inmadura, mientras Nick estaba en el mostrador atendiendo a los clientes, el señor Adam, Zoe y yo, estábamos en la cocina.

Por ser el primer día solo me explicaron como hacer una masa para galletas, la castaña me ayudó a decorarlas con fondant.

—Hay que animar un poco el lugar —sugirió.

Aprovechó la ausencia de su abuelo —quién se encontraba en su oficina organizando la lista de futuros postres a preparar— y sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón. La voz de Sia resonó en toda la cocina acompañada de la de Zoe.

One, two, three, one, two, three, drink —cantó con una espátula mirándome.

Negué divertido.

—Tu turno —volví a negar rápidamente —, ¡vamos! Debes entrar en confianza.

Me agradaba el hecho de que se dirigiera a mi con naturalidad, como si nos conociéramos de antes. Zoe tenía el don de hacerte sentir cómodo sin importar que a penas llevara una hora conociéndote. Era el tipo de chica que no tenía miedo de mostrar su alocada personalidad, y que por ello hacía amistades en cualquier lugar.

—No me sé la letra —mentí, enfocando mi vista en el horno procurando que todo estuviese en orden con la siguiente tanda de galletas. Se suponía que el cronómetro me indicaría cuando sacarlas, pero yo no podía esperar.

—¡Imposible! —refutó—. Todos conocen la canción. Chandelier es de esas canciones que nunca pasarán de moda.

—¿Si canto el coro contigo, me dejarás en paz? —indagué al notar que no se rendiría tan fácilmente.

Asintió sonriente, provocando que sus ojos se achicaran un poco.

Y canté.

Y, ¿sabes qué? Se sintió malditamente bien.

Comprendí que eso era lo que necesitaba, un nuevo entorno, rodearme de personas diferentes, de actitudes y personalidades diferentes. Estaba claro que ya no volvería a ser el mismo chico tímido de antes, pero podía tomar lo mejor de él, y lo mejor del Asher del presente para crear una nueva y mejorada versión.

Sí, aún tenía miedos e inseguridades, pero ahora sabía como controlarlos. Los ocultaba mientras fingía que todo estaba bien... creo qué es algo que nunca dejaré de hacer: fingir. Algo que ella me enseñó muy bien.


.
.

«Oh, mi pequeña ave sin libertad, no te resistas, deja que el deseo te consuma. Eso es lo que quieres. Lo veo en tus ojos.»

Cerré el libro que había comprado y fui a la cocina por algo de beber, llevaba un largo rato en el sofá; la historia me atrapo de inmediato al leer su sinopsis. Efímero era una novela con temática oscura, que mostraba un lado perverso del amor, hablaba sobre rendirse ante la persona que crees amar, entregar todo de ti, aún si no recibes nada a cambio.

Por historias como esa muchos tenían miedo a enamorarse.

Afuera llovía, las gotas golpeaban con fuerza y la brisa se llevaba todo a su paso. Violeta seguía en el restaurante, no volvería hasta que la llovizna cesara.

Asher y DashWhere stories live. Discover now