Prólogo

39 5 3
                                    

¡NO!

¡¿No lo entiendes?! ¡ tienes un hijo! ¡Y otro en camino!- decía con lágrimas de ira aquella mujer Hyuga de la rama secundaría

No es mi decisión Eni- contestaba ya resignado el reflejo idéntico del líder del clan.- Eni, no quiero hacerte esto, ni a Neji, ni al bebé. Los mandos ya decidieron.- decía con tristeza mientras tomaba a su mujer por los codos.

-Amor tiene que ser fuerte, no se lo que pasará cuando me vaya. Menos aún como estas. Tienes que ser fuerte por mi por Neji y por el bebé.-continuo aquel hombre mientras acariciaba el rostro de la mujer de la cual estaba enamorado.

Pero algo dentro de Eni se rompió, sentía mucha energía y determinación en ella, era como un despertar, un despertar de Ira.

-¡No! ¡Ya estoy harta! ¡Ni tu ni yo ni nadie  pidió nacer en este ególatra clan!
¡No seré más la esclava de nadie! ¡Aunque esta marca en la frente dice lo contrario lucharé porque Neji tu y yo vivamos con libertad amor!- y así, con una fuerza nacida quien sabe donde salió en busca de los líderes del clan.

Bueno quizá si sabia de donde: años de maltrato por la rama principal años de castigos denigrantes sin razón lógica contra su persona. La esclavitud de tu propia familia. No solo eso ahora matarían a su esposo, padre de sus hijos, su amor, su pilar y solo por tener el rostro igual al de su estupido hermano mayor.
No quería que sus hijos crecieran sin un padre, no dejaría que su esposo desconociera la cara de su hijo, no dejaría que Neji fuera el próximo en tener una marca y tener que sacrificarse por alguien tan repugnante como lo era la rama principal.

Así que cada paso que daba estaba conforme con ese estado de furia que hizo que saliera su determinación, que no se detenía ni con las palabras, ni con los brazos de su amado,  aún cuando lo tubo enfrente, a ese hombre repugnante que tenía como cuñado.

Quizá debió pensar con la cabeza fria, quizá así se le hubiera ocurrido un mejor plan que ir a enfrentar al líder directamente. Quizá así no estaría en en el suelo con el terrible dolor que le causó estar en contra del clan.

"Insoburdinacion"
"Desobediencia"
"Imprudencia"
"Traición"
Fueron las palabras que escucho antes de caer.

Pero  si no lo hubiera hecho, no hubiera probado esa libertad, libertad que le hizo engrandecer furia dormida y patear puertas con la misma sobre todo, no tener respeto a las personas "superiores".

Así que, ahí estaba ella. Entre gritos de dolor que a causa de su frente, con su esposo de rodillas, suplicando por el final de su tortura. Ni si quiera se dio cuenta cuando su pequeño Neji la tocaba y le hablaba con preocupación, quizá hasta la defendía .

Aún cuando  la marca dejó de doler ella seguía gritando, pues se había roto otra cosa en ella.

Fueron las horas más horribles para su familia. Ver como entran y salen a una habitación con gritos, cargando paños con sangre.

Hizashi abrazaba fuerte a su primogénito y trataba de evitar que escuchara los gritos de la mujer que tanto amaba.

-¿mi hermano le hace daño a mamá?-
Con algo de sorpresa lo miro, ¿cuánto
tiempo le quedaria para mirarlo? Escuchar su voz, la de Eni y ... la del bebé. Sentía algo de culpa por sentirse alegre de que su bebé se adelantara unos meses. Sabia que le causaría problemas a su esposa y al bebé, pero conocería a su hijo antes de morir.

-No, no es...am  tu hermano no- se pauso para acomodar a su hijo en sus rodillas- Tu hermano no tiene la culpa de nada, no guardes rencor a tu hermano por favor... ¿lo entiendes Neji?-

Destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora