Prefacio.

352 38 4
                                    

¿Te gustan las historias de amor? En la historia de Dominick Douglas y Hillary Stone nunca hubo tal cosa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¿Te gustan las historias de amor?
En la historia de Dominick Douglas y Hillary Stone nunca hubo tal cosa.

¿Cómo logré visualizar un ángel en ti?
¿Cuándo dependí tanto de tu amor para ser feliz?
¿Por qué estoy atada a tus caricias, a tus besos, a tus golpes, a tus gritos, al dolor?
¿Por qué soy cautiva en paredes que yo misma creé?
Dime, por qué, por qué me asusta cuando te enojas, por qué me duele cuando lloras, por qué en mi cuello están tatuadas inmensas marcas rojas, ¿Por qué siento que lejos de ti mi alma llora?

Sudor frío haciéndola estremecer, su área íntima estallando del dolor, algunos moretones arropando su piel, encarnados permanecían sus ojos de las lágrimas que los colmaban, su mejilla punzando por golpes y su cuerpo semidesnudo arrojado en aquella cama.

Así se hallaba Hillary, observando a Dominick sentado en un sillón adjunto a donde ella se encontraba, fumando el séptimo cigarro del día.

No le importaba el daño al que la había sometido para saciar su vicio, un genuino desinterés se observaba relumbrar en sus verdes ojos, ignorando su dolor, ignorando la sangre que corría por las piernas de ella. No le importaba, ni jamás le importaría en realidad.

Lo peor, era que ella lo sabía, sabía que a él no le importaba, aunque tal vez no, eso no era lo peor, lo peor era que ella no podía alejarse de él.
Ni aunque lo quisiera. Mucho menos en aquel punto podía ella alejarse del monstruo.

Los ojos de Hillary se cerraron con suma penuria y por un momento se perdió en sus cavilaciones, ignorando la presencia de él, y preguntándose una y otra vez:
¿Cómo había terminado así?
¿Cuando se había hecho tan tarde para darle marcha atrás a aquella relación?

Él era un lobo vestido de cordero, un verdugo disfrazado con la piel de víctima, un demonio oculto en un precioso rostro angelical, una apariencia hermosa que hasta tu más oscura pesadilla te logrará guiar.
La historia de Dominick Douglas y su enfermo deseo de posesión sobre Hillary Stone está a punto de ser contada.
¿Qué tanto dolor te puede causar alguien que dice amarte?

──────────────────────────────────────

──────────────────────────────────────

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Los Vicios De Dominick Where stories live. Discover now