Cuatro

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Me cambié de ropa lo más rápido que pude, tomé algo de dinero, las llaves de mi auto y el celular para poder llegar al lugar que Ana me había enviado. Corrí al auto y siguiendo el GPS tras más de treinta minutos llegué al club en la que Ana se encontraba.

Me bajé del auto y la llamé.

¿Dónde estás? — cuestioné a ella en cuanto respondió.

Estoy en una mesa cerca de la barra, ven para que te tomes algo— pidió, así que terminé la llamada y continué caminado por el recinto en busca de mi amiga.

El lugar no estaba tan lleno como lo esperaba. Había ido a varias discotecas en Estados Unidos, la mayoría de las veces para sacar a mis amigos de ahí y siempre estaban a tope, con un olor a sudor que no se soportaba y personas bailando tanto que no comprendía cómo no quedaban sin pies. Pero ese lugar se encontraba muchísimo más tranquilo a pesar de que si había personas bailando en el lugar.

Tras varios segundos buscando finalmente encontré la mesa en la que Ana se encontraba así que me dirigí a ese lugar.

—¿Qué carajos haces aquí? — le pregunté mirándola de la forma más molesta posible, porque en gran parte era tal como me sentía al verla ahí.

—¡Faith! — me vio y se levantó de su silla para después desplomarse sobre mí.

—Carajo — murmuré e hice lo posible por sostenerla.

Dios mío ayúdame, cómo se supone que debo llevar a esta mujer.

Le di la vuelta a Ana e hice que ella enredara sus manos alrededor de mi cuello mientras ella estaba murmurando un montón de cosas sin sentido, porque verdaderamente no comprendía nada de lo que decía. Con esfuerzo comencé a arrastrarla hacia la entrada, pero sucedió que o yo no tenía tanta fuerza como creía o mi amiga pesaba demasiado porque no fue mucho lo que conseguí haciendo esto.

—¿Te doy una mano? — escuché una voz masculina y cuando levanté la mirada me topé con el chico albino llamado Luke.

—Hola Luke, definitivamente no me haría daño recibir una mano — dije un poco agitada por a fuerza que estaba haciendo. Él se hizo a un lado y la tomó de un brazo, al lado de Luke había otro chico, pero no reparé mucho en él, me concentré en llevar a mi amiga a mi auto y una vez ahí la senté en la parte trasera.

—Mi bolso — la escuché murmurar.

—¿Dónde está? — cuestioné sintiéndome incluso más fastidiada.

—Barra — murmuró

—¿Puedes echarle un ojo? Voy por su bolso — le digo, Luke asiente con la cabeza y yo corrí dentro hacia la barra nuevamente.

Tomé el bolso y me di la vuelta para irme, pero en eso me choqué con alguien.

—Lo siento — dije.

—Tranquila. ¿Dónde está Luke? — preguntó el chico con una voz bastante atractiva. Levanté la mirada y me concentré en él.

Era bastante atractivo, moreno, más alto que yo, sus ojos eran del color de los míos con la diferencia de que los suyos tenían un borde azul y los míos verde, cabello largo y crespo, labios rosados. Además de todo lo que ya lo hacía un nueve perfecto tenía un detalle que lograba captar mi atención, además de la forma como vestía y es que tenía la mandíbula marcada lo que lo hacía ver muchísimo mejor y lo convertía en un diez perfecto.

—Se quedó cuidando a Ana mientras vine por su bolso — le dije.

Él asintió con la cabeza. —Sin saberlo acabas de darle una oportunidad a ese idiota — dijo él confundiéndome.

Hostility © | Novela CristianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora